Rusia y China se abstienen de votar
Martes 18 de noviembre de 2025, p. 35
Nueva York., El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) adoptó ayer la resolución 2803, propuesta por Estados Unidos, que incluye el despliegue de una fuerza internacional de estabilización de Gaza, como establece el plan de alto el fuego impuesto por el presidente Donald Trump.
Rusia, que había presentado una resolución alternativa la semana pasada, se abstuvo junto con China en la votación final, que resultó unánime (13-0).
Antes, un vocero de Hamas manifestó su rechazo a la presencia de personal militar extranjero en Gaza, al señalar que estarían cambiando la ocupación israelí por la “tutela extranjera”; más tarde, en un comunicado, argumentó que sólo podría desarmarse dentro de un “proceso político que garantice el fin de la ocupación, el establecimiento de un Estado y la autodeterminación”.
“Felicitaciones al mundo por la increíble votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, hace apenas unos instantes, que reconoce y respalda la junta de la paz, la cual presidiré y que contará con los líderes más poderosos y respetados del mundo”, escribió Trump en su cuenta de Truth Social.
“Esta será una de las mayores aprobaciones en la historia de Naciones Unidas, impulsará la paz en todo el mundo y es un momento de verdadera magnitud histórica”, agregó luego de agradecer a China, Rusia, Francia, Reino Unido, Argelia, Dinamarca, Grecia, Guyana, Corea del Sur, Pakistán, Panamá, Sierra Leona, Eslovenia y Somalia, miembros del consejo.
Además, reconoció a los que no forman parte del comité y que apoyaron la iniciativa, Qatar, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, el Reino de Arabia Saudita, Indonesia, Turquía y Jordania.
La “histórica” resolución constituye una guía “audaz y pragmática”, destacó el representante de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz; de igual manera, aseguró que “la resolución representa otro paso significativo hacia una Gaza estable que pueda prosperar y un entorno que permita a Israel vivir en seguridad. Es sólo el comienzo”.
División de la franja
Los planes de Washington prevén que tropas extranjeras se movilicen junto a soldados de Tel Aviv al este del territorio, lo que dejaría al enclave dividido por la actual “línea amarilla” que controla Israel, indicó The Guardian este fin de semana.
La división a largo plazo de la franja de Gaza quedaría en dos zonas: una verde que estaría bajo control militar israelí e internacional en la que se realizarían proyectos de redificación, mientras la zona roja, en la que se encuentran la mayoría de los palestinos desplazados, quedaría en ruinas.
La propuesta detalla que la fuerza de estabilización contará con 20 mil elementos de seguridad para que se garantice “el proceso de desmilitarización de la franja de Gaza” y “el desarme permanente de los grupos armados no estatales”. Incluso respaldaría el flujo de asistencia humanitaria.
Sudáfrica confirmó que la llegada inesperada de 153 palestinos, en un avión la semana pasada, es “una clara intención de expulsarlos” por parte de Israel. A su vez, algunos gazatíes dijeron a Reuters que pagaron 2 mil dólares por asiento para salir de Gaza en autobús y sacados en avión desde un aeropuerto israelí.
Un portavoz del gobierno israelí dijo que el primer ministro Benjamin Netanyahu, prófugo de la Corte Penal Internacional, había “dejado claro que si los palestinos quieren irse, se les debe permitir salir de la franja de Gaza. Y si quieren volver a la franja de Gaza, también se les debe permitir volver”.
El coordinador de las actividades gubernamentales en los territorios (Cogat), brazo del ejército israelí que supervisa los asuntos civiles en Gaza, sostuvo que los gazatíes se marcharon tras recibir la aprobación de un tercer país –que no mencionó– para recibirlos, y que tenían visados válidos. Sudáfrica afirmó que en ese momento los palestinos no contaban con los permisos necesarios.
Alemania informó que levantará (el 24 de noviembre) su embargo parcial sobre las exportaciones de armas a Tel Aviv, decretado a principios de agosto como reacción a la expansión de la ofensiva israelí en el enclave palestino.












