Viernes 14 de noviembre de 2025, p. 32
Washington. El Departamento de Estado estadunidense nombró ayer como “organizaciones terroristas extranjeras y terroristas globales especialmente designadas” a cuatro colectivos de izquierda de Alemania, Italia y Grecia a los que vinculó al movimiento antifa (antifascista), que no existe como grupo, pero cuyo término es usado por algunos activistas que se identifican como “anarquistas”, con el fin de describir un mosaico de agrupaciones que se proclaman de esas corrientes.
En un comunicado, Marco Rubio, titular de la cartera, declaró que “Estados Unidos continuará utilizando todas las herramientas disponibles para proteger nuestra seguridad nacional y pública, y negará financiamiento y recursos a los terroristas, y que se llevará a cabo la persecución de otros grupos antifa en todo el mundo”.
Añadió que “los grupos afiliados a este movimiento se adhieren a ideologías revolucionarias anarquistas o marxistas, incluidos el antiamericanismo, el anticapitalismo y el anticristianismo, utilizándolas para incitar y justificar ataques violentos a nivel nacional e internacional”.
Fueron catalogadas como organizaciones terroristas antifa a Ost, con sede en Alemania; la Federación Anarquista Informal/Frente Revolucionario Internacional (Fai/Fri), en Italia; y las griegas Justicia Proletaria Armada y Autodefensa de Clase Revolucionaria.
Se espera sean agregadas en el listado de organizaciones terroristas a partir del 20 de noviembre.
Algunos expertos en leyes de seguridad nacional indicaron que la denominación es legalmente cuestionable porque antifa no tiene liderazgo oficial ni estructura organizativa.
Los orígenes de esta corriente social se remontan a los movimientos antifascistas que surgieron en la década de 1930 en Europa, aunque el término antifa ganó prominencia en territorio de Estados Unidos a partir de 1980, con un resurgimiento en 2010 frente a la creciente visibilidad de organizaciones nacionalistas y supremacistas blancos.











