Jueves 6 de noviembre de 2025, p. 38
Desde hace más de un mes las obras para sustituir dos kilómetros de una tubería de drenaje avanzan con retrasos en la supermanzana 5 de la unidad habitacional Vicente Guerrero, en Iztapalapa. El proyecto buscaba evitar inundaciones como las registradas este año, pero los trabajos se mantienen estáticos en la segunda cerrada Carlos Manuel Rincón y la primera cerrada Luis Araiza.
Las calles permanecen sin pavimentar, cubiertas con una franja de grava mal compactada y llenas de bultos que dificultan el tránsito peatonal y vehicular. “Empezaron por estas calles, pero hay vecinos alrededor que no quieren que se les abra su calle, precisamente porque no las han concluido. Nos dejaron nada más tierra y no han venido a pavimentar”, reprochó Cristian Muñoz, vecino de la unidad.
De acuerdo con la alcaldía, las obras no están detenidas, sino que continúan conforme al contrato vigente con una empresa privada, cuyo plazo concluye el 30 de noviembre. Informó que los trabajos presentan un avance de 85 por ciento y que el retraso en la pavimentación obedece al tiempo necesario para que la tierra se asiente tras el remplazo de la red, además de la espera para adquirir el asfalto, que sólo puede comprarse por camión completo.
“Se supone que ya terminaron la obra, pero no han asfaltado la avenida”, contó Francisco, vecino de la colonia desde hace 40 años, en alusión al tramo que sigue cubierto de grava suelta. Dijo que existe una fecha tentativa para el asfaltado, aunque según les informaron, deberán esperar a que concluyan otras obras antes. En tanto, los residentes riegan la calle varias veces al día para aminorar el polvo, temerosos de que, si las lluvias regresan, el agua vuelva a inundarlos.
Intervenciones para reducir encharcamientos
Por tratarse de una zona baja, donde confluyen distintas líneas de drenaje provenientes de colonias vecinas, la unidad habitacional es propensa a inundaciones. Por ello, además del remplazo de la tubería, se construyeron rejillas captadoras o “bocas de tormenta” y un pozo de absorción para canalizar el agua pluvial hacia la laguna mayor, un gran vaso regulador ubicado junto a la colonia Renovación, con tal de reducir los encharcamientos.
Entre el escepticismo y el enojo, Erick Flores, miembro de la comisión de participación comunitaria, recordó que a los vecinos se les dijo que la colonia no había recibido mantenimiento en medio siglo. Añadió que las tensiones crecieron tras la falta del pago de seguros por las lluvias, lo que avivó la percepción de abandono. “Nos dicen que no tenemos educación, que el civismo nos falta… pero es obligación del gobierno proporcionarnos esas cosas. Y no lo ha hecho”, reprochó.











