Lunes 3 de noviembre de 2025, p. 4
Morelia, Mich., Unas 500 personas marcharon la tarde de ayer de la Plaza Morelos a la Catedral para exigir justicia por el homicidio del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, perpetrado la noche del sábado anterior, y para exigir a las autoridades poner un alto a la violencia que afecta a varias regiones de la entidad.
Casi al finalizar la protesta, pasadas las 18:30 horas, frente a la puerta principal del palacio de gobierno, un grupo de sujetos no identificados entró a la fuerza al recinto, ingresó a los salones, destruyó algunos muebles y arrojó los restos sobre avenida Madero, contigua al edificio.
Además, pintó paredes y rompió cristales. Minutos después, arribaron elementos policiacos, quienes los repelieron y dispersaron con gas lacrimógeno y balas de goma, golpearon y detuvieron a cuatro individuos.
La movilización empezó alrededor de las 17:45 horas en la Fuente de las Tarascas, en el centro histórico de Morelia; el contingente caminó por avenida Madero sin mayores incidentes, y al llegar al palacio de gobierno gritó consignas como “¡Justicia para Manzo!” “¡En México queremos paz y tranquilidad!” y “¡Basta de tanto crimen!”
Irrumpen en palacio
Los inconformes entonaron el Himno Nacional y en seguida un grupo de los manifestantes forzó la puerta principal del edificio e irrumpió en éste.
Algunos de los participantes en la protesta afirmaron que hubo “infiltrados”. Tras los actos vandálicos, unos 30 hombres, en su mayoría jóvenes, se colocaron frente a la entrada principal del recinto oficial.
En tanto, adentro había al menos unos 20 policías. Afuera, 100 jóvenes permanecieron cerca de los manifestantes que lanzaban insultos a los uniformados; algunos pegaron cartulinas con consignas en la puerta principal.
La mayoría de las familias comenzaron a retirarse, mientras los insultos iban en aumento, hasta que un grupo de agentes salió del inmueble oficial y lanzó gas lacrimógeno.
El químico afectó a varias personas; las familias seguían corriendo por calles aledañas, en tanto los uniformados persiguieron a unos cinco jóvenes, los más agresivos, a quienes golpearon y llevaron detenidos.
Más tarde, la sede del palacio de gobierno fue resguardada por agentes antimotines de la Guardia Civil.
El secretario de Gobierno, Raúl Zepeda Villaseñor, rechazó cualquier agresión o daño contra el patrimonio de los michoacanos, y anunció que se procederá conforme a derecho para sancionar las conductas que quienes resulten responsables de estos hechos. Dijo que ya se tienen ubicados los personajes que incitaron a los actos vandálicos.












