
Sábado 4 de octubre de 2025, p. a12
El primer disco en nuestra vida es como el primer beso.
Es un acto iniciático, un cruzar el umbral, un ingresar al territorio de lo sagrado.
El primer disco es como la piedra angular, la gestación de una discoteca propia, un acontecimiento que nos acompañará toda la vida.
Hace unas semanas, en el chat de mis compañeros de secundaria vi una publicación que me hizo recordar el primer disco que compré en mi vida, con mi primer salario, siendo apenas un niño: me pagaron 120 pesos, de los cuales 60 invertí en unos tenis Superfaro, en mi papel de campeón anotador en los torneos de basquetbol, y los otros 60 en el disco Abbey Road, de los Beatles, en Casa Molina, tienda de música en Córdoba, Veracruz, donde pasaba yo horas frente a la vitrina observando los instrumentos a la venta, entre ellos un violonchelo. Con el tiempo, estudié violonchelo.
Lo publiqué en Facebook y de inmediato comencé a recibir comentarios muy valiosos de amigos que me contaron cuál fue el primer disco que compraron.
Pedí autorización para publicar esas historias en el Disquero y recibí como respuesta más testimonios que a continuación comparto porque considero que contribuye al gozo de la música.
Siempre he definido a la música como el arte de compartir.
Humberto Terán: “Led Zeppelin 1 y 2, comprados en Woolworth en el centro de Monterrey; 49:40 cada uno. Nacional.
Javier Platas: Beethoven, Sinfonía 6, Karl Böhm dirige a la Filarmónica de Viena.
Ovidio Ríos: Un disco de Parchís.
Mariana Elizondo: “¡Yo creo que mi primer disco fue el de los Archies! No sé cómo acabé escuchando música de Marin Marais y Frescobaldi. Yo creo que empecé a comprar buenas cosas cuando trabajé de vendedora en Margolín. Por ahí del 74/75. Ya no me acuerdo. Tenía 13 o 14 años. En aquellos tiempos no era tan riguroso eso de no dar trabajo a los menores”.
Berthalicia Navarro: “Uno de los éxitos de Elvis Presley y otro de los éxitos de Little Richard. Era la más pequeña de la generación, seguía más niña que la mayoría. Mis compañeros escuchaban algo que se llamaba ‘rock’. No sabía qué era, así que busqué y leí la entrada de ‘rock’ en una enciclopedia. Me llamaron la atención Elvis Presley y Little Richard. Llegué muy feliz a la escuela con mis discos y rápido se me hizo saber que ese no era el rock que escuchaban mis compañeros (emoji de carita sonriente)”.
Martín Arceo: “El primero fue Abba The Album. Un laberinto de virtuosidades sonoras que trascendían al pop adulcorado y desechable, para convertirse en un rock casi sinfónico. Voces femeninas prístinas en una mezcla impecable, arreglos precisos, limpios, contundentes. Mi poliamor con Annifrid, Bjorn, Benny y Agneta empezó entonces y sigue hasta hoy”.
Alondra Flores: “El primer disco que compré fue Pop, de la banda irlandesa U2, en una tienda Aurrerá, con mis ahorros. Yo tenía unos 16 años. Nunca había ido a una tienda de discos. Fue el inicio del declive de la banda, pero en ese momento yo repetía y repetía mi caset del Joshua Tree. A mi madre no le quedaba de otra que escuchar la obsesión de su hija adolescente y sabía que Bono era uno de mis novios del momento, antes de que llegaran Michael Hutchence y Chris Cornell, quienes me dejaron viuda muy pronto”.
Lorena Elizabeth Hernández: Uno de Menudo.
Leticia Martínez: “El primer disco que compré fue el sencillo The Pink Panther Theme, de Henri Mancini. La Pantera Rosa fue una de mis caricaturas favoritas en la niñez y me llamaba mucho la atención ese tipo de música. Años después supe que era jazz”.
Gabriela Sánchez Garza: “El primer disco que compré fue Has conseguido un amigo, de Carole King ¡me encantaba!”
Jaime R. Marenco: “Novena Sinfonía de Beethoven dirigida por Furtwängler, de Angel Records, en Casa Molina de Córdoba, Veracruz”.
J. Guadalupe Pérez: “El sencillo de Get Back de los Beatles. Entre mi hermano y yo hicimos un vaquero para poder comprarlo y luego ya en casa, vino la magia al ponerlo en la vieja consola”.
Gloria Maldonado Ansó: “Ain’t Misbeahavin. The Fats Waller Musical. A partir de ese disco me hice fan del jazz”.
Sara Schulz: Osito panda, de Yuri.
Citlali Fuentes: Swordfishtrombones, de Tom Waits. Lo escuchaba mucho en casa de un amigo de la prepa y me gustaba tanto que ahorré para comprarme el cedé. Ya tenía unos 15 años y todavía lo tengo”.
Emmanuel Márquez Peralta: El soundtrack de la película Naranja mecánica.
Ernesto Flores Vega: “Fue en 1974 y yo tenía 10 años. El primer disco que compré en mi vida fue uno de 45 rpm: Only you, de Ringo Starr. Y lo adquirí en el Gigante de la avenida Lomas Verdes (hoy Soriana Híper), donde tres años después compraría el sencillo de God save the queen, de los Sex Pistols y mis primeros elepés y sencillos de fabricación nacional. Tan pronto puse mi disquito en la consola, mi mamá anotó: ‘Esa canción es de Los Platters’. No sé dónde quedó ese sencillo, ni el de los Pistols. Tengo una sospecha, pero no elementos para probarlo. Ya más grandecito averigüé que en esa grabación participaron, nomás, John Lennon (guitarra acústica), Steve Cropper (guitarra eléctrica), Klaus Voormann (bajo), Billy Preston (piano eléctrico) y Harry Nilsson (coros). Buena escuelita de melomanía tuve a los 10 años. Curioso: mi mamá, que nació en 1940, el mismo año que Ringo, escuchaba El club de los Beatles, y yo también, de rebote. Supongo que puedo decir que soy beatlemaniaco por ella. Como colofón, anotaré que Look Up, el álbum de Starr de 2025 me pareció tan digno y disfrutable que hasta le dediqué unas líneas en mi muro de Facebook.
Diana Barreiro: Decídete, Luis Miguel.
Beatriz Zalce: “El disco blanco de los Beatles. Mi primer disco, con mi primer sueldo. Tenía 13 años. Y lo ponía una y otra vez”.
Laura Blum: Beatles. She loves you.
Roberto Garza: “Highway to hell, de AC/DC. Iba en segundo de primaria y con mi ‘domingo’ lo compré (vinilo) en un Sumesa, y el lunes lo presumí a mis amigos en la escuela. La directora llamó a mi papá porque la portada era ‘diabólica’, jajajaja”.
Lucila Rousset: “De los Beatles, con dinero de mi mamá, ella ya tenía uno que había comprado y yo lo escuchaba todo el tiempo, así que me llevó a comprarme otro disco de ellos, creo en Sala Margolín. Era 1966, y para los años 70 con mi dinero Los Beatles”.
Adriana Velázquez Morlet: “Outlandos d’Amour, el primer álbum de The Police. Y a mi papá le compré Magnificat, de Vivaldi”.
A Eduardina Casar: “Disco del soundtrack de Karate Kid, con el tema de Peter Cetera, y cedé, el Peepshow, de Siouxsie and The Banshees”.
Gabriela Fonseca: Led Zeppelin II.
Marco Barrera: “Soy el menor de cuatro hermanos, así que ellos adquirían todo lo que oíamos en casa, que iba desde Beatles hasta José Alfredo. Además, mi padre me compraba todo lo que le pedía, desde Bee Gees hasta Rocío Durcal, pero el primero que compré con mis ahorros fue Miguel, de Miguel Bosé”.
Laura López Gaminio: “Trabajé medio tiempo en Suburbia, salía de la prepa y me iba a trabajar por la tarde (foto del disco Chicago)”.
Leticia CarLop: “Obviamente, Topo Gigio, jajajaja”.
Anastasia Sonaranda Guzmán: “Let It Be. Mi papá me lo regaló cuando cumplí 6 años”.
Isabel Riva: “Compré varios discos de 45 rpm, de los Beatles, que costaban 15 pesitos. El primer elepé fue Beatles for Sale. Costó 45”.
Rocío Piñeiro: Miguel Bosé, el primero.
Marlén Curiel-Ferman: “Laberinto, de mi amor Bowie. Tenía 4 años (yo, no David Bowie) cuando vi la película. Se lo pedí a mi apá, quien jamás me negó capricho alguno en el ámbito musical. Recuerdo que me pasaba horas enteras viendo la portada, tocándola. Ponía el disco una y otra vez, y aunque no entendía casi nada, venían a mí las escenas del filme (y también esas otras, entre vicarias y surrealistas, donde Bowie me miraba fijamente, de tercer ojo a tercer ojo). Con mi primer sueldo, compré el álbum de la película Magnolia, de 1999. Lo estuve buscando por cuatro años (hacia 2000, bajé cuatro de sus canciones en el Napster, pero yo lo quería tener físicamente), hasta que lo hallé de segunda mano. Ambos discos, junto con sus filmes, marcaron las historias (reales y ficticias) de mi juventud”. (Continuará.)