Viernes 26 de septiembre de 2025, p. 22
Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer nuevos aranceles sobre productos farmacéuticos, camiones de carga y accesorios para remodelación del hogar y muebles.
A partir del 1º de octubre “impondremos un arancel de 100 por ciento a cualquier producto de marca o patentado, a menos que una empresa esté construyendo su planta de fabricación farmacéutica en Estados Unidos”, escribió el republicano en su red Truth Social.
En otra publicación, Trump escribió sobre un arancel de 25 por ciento adicional en “todos los ‘camiones pesados’ fabricados en otras partes del mundo” para apoyar a fabricantes estadunidenses como “Peterbilt, Kenworth, Freightliner, Mack Trucks y otros”.
Declaró que los aranceles para los camiones se justifican “por muchas razones, pero sobre todo, por propósitos de seguridad nacional”.
El republicano también se refirió sobre los materiales para la renovación del hogar. “Impondremos un arancel de 50 por ciento en todos los gabinetes de cocina, tocadores de baño y productos asociados”. Esta tasa también entraría en vigor el 1º de octubre.
“Además, cobraremos un arancel de 30 por ciento en muebles tapizados.”
Desde que volvió a la presidencia en enero, Trump lidera una ofensiva arancelaria dirigida principalmente a reducir el déficit comercial de Estados Unidos.
Si bien no proporcionó una justificación legal para los aranceles, Trump dijo que los impuestos sobre los gabinetes de cocina y sofás importados son necesarios “por seguridad nacional y otras razones”.
Apoyándose en la Ley de Expansión Comercial de 1962, su gobierno lanzó una investigación de la Sección 232 en abril sobre los impactos en la seguridad nacional de las importaciones de medicamentos farmacéuticos y camiones.
El Departamento de Comercio lanzó una investigación de la Sección 232 sobre la madera, aunque no está claro si las tarifas sobre muebles deriva de ella.
Los aranceles son otra dosis de incertidumbre para la economía de Estados Unidos, con un mercado de valores sólido, pero uno laboral debilitado e inflación elevada.
Estos nuevos impuestos sobre las importaciones podrían trasladarse a los consumidores en forma de precios más altos y frenar las contrataciones, un proceso que los datos económicos indican que ya está en marcha.