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Mohammed Dwedar, único palestino en mundial de atletismo

“Manténganse a salvo, aún tenemos muchos sueños”

Pienso en el día a día, porque no sé si al siguiente estaré vivo, dice el atleta

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▲ Dwedar finalizó casi nueve segundos detrás del ganador de su serie en la prueba de 800 metros, el británico Max Burgin. “En Cisjordania no tengo pista, necesito una. Puedo dormir y comer allí, no importa”.Foto Ap
The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 18 de septiembre de 2025, p. a10

El día en que la comisión de investigación de la ONU declaró oficialmente que Israel está cometiendo un genocidio en Palestina, Mohammed Dwedar emitió un mensaje desde Tokio: pidió a su pueblo que se mantuviera a salvo y que siguiera adelante.

Dwedar, de 24 años y origina-rio de Jericó, en Cisjordania reocupada, es el único palestino que compite en el Campeonato Mundial de Atletismo en Tokio, apenas un año después de haber sido uno de los cuatro atletas presentes en los Juegos Olímpicos de París 2024.

Mientras sus rivales en los 800 metros cuentan con zapatillas de última generación y avanzados programas de nutrición para romper récords, Dwedar se ve obligado a abandonar su tierra sólo para encontrar una pista en la que pueda entrenar. Pasó los dos meses previos a Tokio en Alemania, pero antes de eso, su preparación tuvo lugar en las calles de Palestina.

Con semejante diferencia de condiciones, que terminara casi nueve segundos detrás del ganador de su serie, el británico Max Burgin, con tiempo de 1:53.63 minutos en la primera ronda del martes, no sólo es comprensible: era previsible.

Aun así, Dwedar no está en Japón como un atleta simbólico. Él quie-re competir y alcanzar su verdadero potencial, algo que por ahora no le es posible. Pero, ¿cómo enfrentarse a atletas que planifican cada detalle de su temporada con meses de anticipación, cuando ni siquiera sabe si despertará al día siguiente?

Él mismo lo dijo: “No pienso en el futuro, pienso en el día a día. Estoy vivo, y cada mañana cuando me levanto, sólo pienso en ese día, porque no sé si al siguiente seguiré con vida.”

Su participación llegó apenas unas horas después de que la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU –que no habla en nombre del organismo, pero actúa bajo su mandato– declarara que “en Gaza está ocurriendo un genocidio”. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel rechazó categóricamente el informe y pidió la disolución de la comisión.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud de Gaza, casi 65 mil personas han muerto en la franja desde el ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023.

Para Dwedar, cuya familia permanece en Jericó, pensar en la situación casi lo lleva a las lágrimas. Ha llegado al punto de no poder mirar la televisión ni el celular por miedo a encontrarse con imágenes de lo que ocurre en su país.

En cambio, prefirió enviar un mensaje a sus compatriotas: “Manténganse a salvo, sigan adelante, confíen en su cuerpo. Sigan soñando. Podemos llegar, sólo necesitamos un poco de seguridad. Quiero enviar un mensaje al mundo, a los niños de Palestina: tenemos muchos sueños. Tenemos ojos, tenemos cabeza, tenemos brazos, tenemos músculos”.

Entre la devastación

En medio de la devastación en Palestina, Dwedar sólo desea poder vivir como un atleta normal. Sueña con batir el récord nacional palestino de 800 metros, establecido en 1:47.04 minutos, unos cinco segundos más rápido que su mejor marca.

Sus posibilidades aumentarían si dejara Palestina para entrenar en el extranjero, pero él insiste en que no quiere abandonar su tierra:

“Mi familia vive en Palestina. Yo puedo entrenar fuera, pasar dos, tres o cuatro años, eso es importante para mi preparación. Pero al final necesito regresar, porque Palestina es mi país, es mi ciudad.

“En Cisjordania no tengo pista. Necesito una. Puedo dormir allí, comer allí, no importa. Primero necesito la pista.

“Después de los Juegos Olímpicos regresé a Palestina. Entrenar es tan difícil que lo hago en las calles. Pasé entre seis y ocho meses así, hasta que tuve la oportunidad de ir a Saarbrücken, Alemania, a entrenar en pista. En los últimos dos meses al fin he podido practicar con spikes. Es muy difícil para mí hacerlo en Palestina.”

Dwedar permanecerá en Japón hasta el final del campeonato, y regresará a su país el próximo lunes para reunirse con su madre y el resto de su familia. Después aún le queda una competencia esta temporada: los Juegos de la Solidaridad Islámica en noviembre.

Comprender la historia de Dwedar exige un nivel extraordinario de separación mental: es un hombre que intenta bajar de un minuto 50 en los 800 metros mientras evita enterarse de la destrucción que ocurre a 9 mil kilómetros de distancia.

Y todo lo hace pensando en una sola persona: su difunto padre.

“Mi papá, que en paz descanse, fue mi mayor apoyo. Su sueño era que yo fuera campeón. Yo corro por él. Estoy haciendo esto por él. Quien más me apoyó fue mi papá. Te amo, papá, te amo, mamá.”