El encuentro internacional anunció ayer el galardón de Literatura en Lenguas Romances para el libanés

Martes 2 de septiembre de 2025, p. 4
Guadalajara, Jal., Las letras como posible vacuna contra la falta de solidaridad entre quienes habitamos el planeta, fue uno de los planteamientos que hizo el escritor y periodista Amin Maalouf (Beirut, Líbano, 1949) en su primera entrevista luego de ser designado ayer ganador del Premio Feria Internacional del Libro (FIL) de Literatura en Lenguas Romances 2025.
“La humanidad ha avanzado en muchos dominios, pero no en las mentalidades. No se ha avanzado en la manera en que nos tratamos unos a otros y la literatura puede representar un remedio para esto (...) Sería importante la solidaridad entre las personas. Un orden mundial basado en la solidaridad no existe; ahora priva la ley de la selva”, expresó Maalouf, tras agradecer su designación, en un videoenlace a Francia.
El también galardonado del Premio Princesa de Asturias de las Letras, dijo que existe una frase que debemos tener muy presente: “Lo peor nunca es cierto”, por lo cual deberíamos ser capaces de enfrentar este mundo, “tan horroroso e inquietante, pero también fascinante”, y sobrevivir a “esta civilización peligrosa, que nos hace pensar en tumultos próximos en el futuro cercano”.
Maalouf compartió sus reflexiones sobre la civilización actual, la crisis del periodismo y el papel de la literatura; destacó la identidad humana y la solidaridad como pilares fundamentales para evitar un inminente “naufragio global”.
El libanés, exiliado en Francia, en cuyo idioma ha desarrollado buena parte de su trayectoria literaria, expresó su felicidad y honor por el premio, para luego centrarse en una de sus preocupaciones más grandes: la disparidad entre el avance tecnológico y el estancamiento en las relaciones humanas.
“La cuestión fundamental de hoy es de la identidad humana”, pues en un mundo cada vez más interconectado enfatizó la necesidad de una perspectiva más amplia sobre quiénes somos. Aclaró que eso no implica abandonar nuestras raíces, sino integrarlas en una visión más universal.
“No debemos abandonar nuestra identidad particular, nuestra lengua, nuestra cultura, pero sí considerar que pertenecemos a una cultura más grande: la cultura humana.”
Esta visión, a su juicio, es esencial para que cada persona encuentre su lugar en el mundo y para fomentar una colaboración global que prevenga un colapso inminente.
Al preguntarle sobre los medios de comunicación, el franco-libanés vertió frases también esperanzadoras en medio de la desolación de sus reflexiones: “El naufragio no es inevitable, seguramente tenemos los medios para evitarlo, pero no es el camino que estamos siguiendo”.
Se refirió a la actualidad de la literatura y el periodismo, las dos áreas profesionales a las que ha dedicado su vida, y reconoció que existe una crisis en la literatura, “pero es más grave para el periodismo.
“Han cambiado las nociones de verdad y ahora hay que discernir entre el bien y el mal, entre lo más importante y lo menos importante”, consideró.
En materia migratoria, recordó que hay países que han progresado gracias al talento que les ha llegado del mundo, sociedades que ahora se preguntan si dejan entrar ese flujo de personas, desplazadas la mayoría, una realidad que espera pronto cambie.
Sentenció: “Todas las civilizaciones están en crisis, incluso las más grandes y poderosas. Hay que estar atentos a la evolución del mundo y poner especial cuidado en la civilización sin precedente creada por los avances tecnológicos, que han tomado la delantera de nuestras civilizaciones”.
En rueda de prensa, el jurado reveló que Maalouf se impuso sobre otros 47 escritores propuestos para el premio, de un total de 63 candidaturas (algunas repitieron autor), presentadas por “cualquier asociación, institución cultural o educativa interesada en la literatura”.
En esta edición, las candidaturas incluyeron obras en lenguas castellana, francesa, italiana, portuguesa, gallega y catalana escritas por literatos de 18 nacionalidades.
Al leer el acta, Carmen Alemany Bay, representante del jurado, dijo que las novelas y los ensayos del escritor “exploran la memoria y el exilio, a la vez que rechazan la cerrazón nacionalista o religiosa”.
En la conferencia estuvieron la rectora de la Universidad de Guadalajara, Karla Planter; el secretario de Cultura de Jalisco, Luis Gerardo Ascencio; el presidente de la Feria Internacional del Libro, Trinidad Padilla, y la directora de la feria, Marisol Schulz, entre otros funcionarios.