Domingo 24 de agosto de 2025, p. 6
La interacción excesiva con plataformas de inteligencia artificial generativa (IAG) como los chatbots, diseñados para adular, complacer y mantener enganchados a los usuarios, y no para refutarlos, puede generar –en algunas personas con predisposición o condiciones de vida complicadas– delirios o sicosis de diversa índole, entre ellos de grandiosidad, atracción sentimental y mesianismo, advirtió la doctora Cimenna Chao Rebolledo, directora general de Planeación Estratégica e Innovación de la Universidad Iberoamericana (Ibero).
La experta aclaró que aunque no es un término clínico oficialmente reconocido, en los últimos años especialistas han documentado lo que se describe como “psicosis inducida por IAG”, caracterizada por episodios de desconexión de la realidad por el abuso en el empleo de estas tecnologías.
Comentó que hay quienes comienzan a creer que “la IAG es en realidad un ser sintiente que nos entiende y ayuda, a manera de un terapeuta, consejero o confesor”. Así pueden surgir ideas delirantes relacionadas con los bots de IAG, disociación o alteración de la percepción, aislamiento social, ansiedad y paranoia y comportamiento violento.
Algunas de esas situaciones incluso han sido abordadas en el cine. En 2013, la cinta Ella (Her) planteó la problemática cuando un escritor deprimido entabla una relación amorosa con el sistema operativo de su computadora, una entidad llamada Samantha.
En la vida real ha habido denuncias en redes sociales sobre rupturas matrimoniales por haberse enganchado en estas relaciones con IAG, como por ejemplo con los sistemas conversacionales de ChatGPT, que cada vez son más parecidos a los humanos.
“Aunque al momento no existe evidencia científica sólida que compruebe cuáles son las causas de este presunto delirio generado por el uso prolongado de IAG, sí encontramos cada vez más evidencia anecdótica que comparten los propios usuarios, o sus familiares y amigos, y que puede llevarnos a pensar que este fenómeno responde a una especie de psicosis inducida”, declaró la docente del Departamento de Educación de la Ibero.
Redes sociales como Instagram o TikTok pueden también ser adictivas, pero estas herramientas de IAG lo son más, pues permiten una interacción dinámica en tiempo real con un par dialógico y “la gente puede llegar a pensar que la IA siente e incluso le comprende, cuando en realidad se trata de un comportamiento empático simulado”.