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Comités de Cuenca del río Sonora rinden homenaje a líderes fallecidos

Reiteran exigencia de justicia por el derrame de tóxicos en 2014

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▲ Integrantes de los Comités de Cuenca Río Sonora ayer, durante una velada en la plaza Emiliana de Zubeldía, en Hermosillo, en memoria de tres líderes de ese movimiento que buscaba justicia ambiental y fallecieron entre 2024 y lo que va de 2025.Foto Cristina Gómez Lima
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de agosto de 2025, p. 30

Hermosillo, Son., Once años después del derrame tóxico provocado por la mina Buenavista del Cobre, operada por Grupo México –propiedad de Germán Larrea–, los Comités de Cuenca del Río Sonora (CCRS) realizaron una velada en el antimonumento Río Sonora, en la Plaza Emiliana de Zubeldía, en Hermosillo, para rendir homenaje a tres de sus líderes comunitarios fallecidos y reiterar la exigencia de justicia frente a lo que consideran una década de abandono y simulación institucional.

El acto fue convocado como un espacio de memoria activa y resistencia para honrar la vida y el legado de Norberto Bustamante López (originario del municipio sonorense de Huépac), Martha Patricia Velarde (de Baviácora) y Francisco Ramón Miranda Córdova (quien residía en Aconchi), quienes durante más de 10 años encabezaron la lucha contra Grupo México tras el desastre ambiental ocurrido el 6 de agosto de 2014, considerado el más grave en la historia minera de México.

Recordamos a Ramón, a Patricia y a Norberto porque sembraron dignidad en este desierto que aún espera justicia. Esta velada no es sólo para honrar su lucha, sino para afirmar que sigue vigente: por la vida, la salud y el derecho a un río limpio, afirmaron los organizadores.

Martín Valenzuela y Filomena Bonilla, voceros de los comités, leye-ron un manifiesto en el que denunciaron negligencia del Estado mexicano en todos sus niveles, y acusaron a las autoridades de incumplir acuerdos, simular avances y perpetuar la impunidad. A 11 años del derrame, seguimos tomando agua contaminada. No hay acceso a un sistema de salud especializada, no existe remediación ambiental y las secuelas sociales aumentan cada año. Lo más grave es que esto sucede con total indiferencia institucional, leyeron frente al antimonumento.

En el documento aseguraron que, aunque la responsabilidad directa del desastre recae en las prácticas del consorcio minero de Germán Larrea, el mayor agravio proviene de los tres niveles de gobierno que han eludido su deber de garantizar los derechos humanos en la región.

El gobierno federal ha reconocido que en 2014 hubo contubernio entre funcionarios y la empresa para simular la reparación del daño. ¿Dónde está entonces la justicia prometida?, preguntaron.

En un mensaje directo a la presidenta Claudia Sheinbaum, los integrantes de los comités señalaron que sus funcionarios le ocultan la verdad. Expusieron que no existen trabajos reales de potabilización, ni atención médica especializada, ni un plan integral con cronograma y presupuesto que atienda la emergencia social y ambiental que prevalece en la cuenca.

Presidenta Sheinbaum: sus funcionarios han roto cada uno de los acuerdos establecidos. No hay avances reales. Las reuniones que sostienen con nosotros son simulaciones que sólo sirven para rendir informes vacíos. Este abandono institucional, que ya afecta a un tercer gobierno federal, también es parte de la tragedia, advirtieron.

En la jornada de homenaje también se recordó que, tras el vertido de más de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado –equivalentes a 16 albercas olímpicas– en los ríos Sonora y Bacanuchi, la contaminación afectó directamente a más de 22 mil personas en ocho municipios.

Ahí mismo Filomena Bonilla señaló que lo urgente es una calendarización inmediata de un plan integral de atención a la salud; la construcción de un hospital para enfermedades ambientales y tóxicas; una unidad permanente de vigilancia epidemiológica y ambiental en el municipio de Ures; la operación de 30 plantas potabilizadoras con filtros para metales pesados y un programa de remediación ecológica del río.

La velada concluyó con música, palabras de los familiares de los homenajeados y un llamado a no permitir que el paso del tiempo borre los daños, y persiste el abandono a las familias del río Sonora.