xiste una patología que nos explicara ciertas conductas humanas en que el abuso del poder está siempre en la antesala del delito? No hay delito de cualquier tipo que no tenga al abuso como motor el de un asesino, comerciante, político, banquero o campesino.
El más fuerte busca imponer su voluntad: si alguien es lo bastante inteligente o fuerte puede ignorar la ley. El criminal, como prueba de superioridad, necesita demostrar que no es un hombre común, sino alguien naturalmente destinado a mejorar su vida mediante la violencia.
La terrible corrupción del gobierno de José López Portillo (1976-82) llevó al nuevo gobierno el de Miguel de la Madrid (1982-88) la decisión de introducir el concepto de contraloría a su gobierno. Creó la Secretaría de la Contraloría en su gabinete con ese alto nivel. La puso a cargo a un prestigioso empleado público procedente de la SHCP, Francisco Rojas.
Inició su mandato con un procedimiento contra Jorge Díaz Serrano, ex director de Pemex, para entonces senador, puesto al que su amigo, López Portillo, lo envió para protegerlo, pero nada logró: fue desaforado; para eso sirven las mayorías calificadas.
Díaz Serrano había ordenado comprar dos grandes barcos gaseros belgas que no tenían cabida en nuestros puertos. Quien había promovido la compra había sido Alicia López Portillo, hermana del presidente. Díaz Serrano, por prepotente, fue encarcelado seis años haciendo válido el compromiso de crimen y castigo.
Como presidente, Carlos Salinas de Gortari pronto enfrentó a quien por décadas desde Tampico actuó como dueño de Pemex. Dada la enorme prepotencia del líder Joaquín Hernández, La Quina, su detención fue producto de una operación bélica en la que participó un equipo militar de unos 50 militares y un avión DC-6 para evacuar al detenido.
Hubo un agente del MP muerto por el disparo involuntario de un teniente. La legalidad del acto se acreditó mediante orden de aprehensión del caso. Se cumplió la promesa de crimen y castigo.
Un tercer caso ejemplar fue el de la renuncia del almirante Mauricio Scheleske, secretario de Marina, al que se sorprendió realizando adquisiciones de armamento y equipo a precios exorbitantes en complicidad con otro almirante, su cuñado el oficial mayor de esa secretaría.
Al notificársele que había sido acreditada la responsabilidad en que había incurrido, ante la amenaza de ser sujeto a proceso judicial, optó por solicitar su retiro. Fue el primer caso en que se sancionó a un militar de cuatro estrellas, en servicio activo y con tan alto cargo. Se cumplió la propuesta de crimen y castigo.
Elba Esther Gordillo, pez grande de la corrupción, fue detenida el 26 de febrero de 2013, en el Aeropuerto Internacional Adolfo López Mateos, en Toluca, por elementos de la PGR por el delito de operación con recursos de procedencia ilícita. Fue procesada y estuvo privada de su libertad hasta el 8 de agosto de 2018.
Fue absuelta de los ilícitos de lavado de dinero y delincuencia organizada cuando el primer tribunal unitario penal en la Ciudad de México declaró como procedente un incidente de sobreseimiento del proceso. También hubo castigo.
Y, por hoy, la última perla: Enrique Peña Nieto, a quien un diario de Israel señaló como receptor de 20 millones de dólares de un consorcio que buscaba sangrar las arcas del Estado vendiendo espejitos a Peña, el Alí Babá mexiquense. Se defendió vía e-mail proclamándose héroe nacional. Está descubierto el crimen y pendiente el castigo.
Ahora ya pasa el medio año de gobierno. Sobran candidatos a someter ante la justicia, funcionarios pequeños, medianos y grandes, por eso es válido preguntar: ¿engrosará esta lista el senador Adán Augusto López y alguna decena más?
A propósito, ¿qué tanto supo y qué tanto encubrió sobre la criminalidad tabasqueña el general Audomaro, director del CNI y confidente de AMLO? Alguien debería exigirle informar. La corrupción puede ser la marca negra de este gobierno, si no se actúa pronto esa marca será indeleble.
Es útil aplaudir que por los nuevos aciertos policiales sea posible celebrar el nuevo modo de hacer las cosas, el plan está imponiéndose sobre décadas de corrupción, o sea a la superioridad criminal, pero no es todo.
Habría que empezar otra vez con la simple expresión de que es justa la exhortación de que crimen y castigo significa que el que la hace la paga. Es la ética de la transparencia.
El universo de la corrupción es la falta administrativa y el delito como amenaza eterna, los logros recientes en su contra han contribuido a mejorar el clima social, se renueva la ilusión, pero como se dijo en su momento en Guanajuato, faltan muchas alhóndigas por incendiar
. Aquí hoy hablaríamos de Sinaloa que por 75 años ha sido invencible.
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