
Viernes 1º de agosto de 2025, p. 27
Zacatecas, Zac., Los productores de frijol que quedan fuera
del acopio oficial de la leguminosa, están a merced de los coyotes, y éstos a su vez, se alían como intermediarios
de empresas trasnacionales y operadores de las centrales de abasto de Guadalajara, Monterrey y la Ciudad de México, quienes esperan a que los campesinos, desesperados con las deudas y la necesidad, vendan muy barato
, señalaron agricultores de Zacatecas, al detallar algunos de los principales problemas que enfrentan, al vender sus cosechas.
Explicaron que al final de julio les están ofreciendo entre 13 y 16 pesos por el kilo (dependiendo la variedad y calidad), cuando el precio de garantía
que el gobierno federal decretó en 2024 fue de 27 pesos.
“Están llegando representantes de las tiendas comerciales grandes –Walmart, Soriana, Comercial Mexicana– de México, Guadalajara, Monterrey.... etcétera; uno de ellos nos dice que ocupa 40 mil toneladas para llevarlo a la zona de Veracruz y el sureste de México, pero no pudimos llegar a un acuerdo porque los coyotes presionaron con el precio bajo”, refirió Abel Triana Ruelas, comisariado ejidal de la colonia Hidalgo, en el municipio de Sombrerete.
Triana consideró muy difícil el objetivo que tiene el gobierno federal de duplicar la producción, entre otras cosas porque hasta ahora las autoridades no han logrado crear un programa de acopio para todo el frijol que se cosecha, y comercializarlo de forma eficiente, sin corrupción.
Expuso el líder campesino: “en nuestra comunidad nos compraron sólo 800 toneladas, que no son nada, y se quedó una lista de 60 compañeros que todavía tienen guardadas –ocho meses después de su cosecha–, unas mil 200 toneladas”. Lo más grave, dijo, es que sabemos que se está importando de Brasil en 14 pesos el kilo, eso no es justo
.
Al respecto, el labriego Delfino Hernández Castro, de Ignacio Allende, en el mismo municipio, detalló que en cada ciclo agrícola ellos empiezan a cosechar a mitad de noviembre, pero se abren los centros de acopio en febrero y los pagos los manejan hasta mediados de año, cuando ya el productor, por necesidad, tuvo que vender (a los coyotes), porque pues aquí nosotros dependemos de esto
.
Gilberto Castro, también del ejido Ignacio Allende, planteó que sería bueno que representantes del gobierno federal vengan a Zacatecas, para que conozcan lo que se trabaja para producir en el campo, y que todos los gastos son a base de sudor y de trabajo de nuestra propia bolsa
.
Al pie de su parcela, el labriego Lorenzo Villegas, del ejido Anexo Zaragoza –cerca de Charco Blanco–, reflexionó sobre la meta gubernamental de que el estado logre la soberanía alimentaria en frijol.
Pues está difícil, la verdad, porque, ¿a qué le tira uno si lo van a estar pagando mal? A 16 pesos otra vez, como el año pasado, aunque el gobierno ponga otro precio. Yo estoy pensando ahorita si voy a sembrar mejor calabaza, que la están comprando a 40 pesos el kilo
.
Y añadió: “Yo mejor ya no vendo a los acopios, porque nos ponen muchos peros. En enero la gente dijo: ‘voy a meter la cosecha de finales de 2024’, pero ahí el técnico nos reclamó: ‘su frijol no tiene humedad’.
¡Claro, pues se dio sin que lloviera! Se dio ya seco, porque primero hubo precipitaciones en la siembra y luego ya no. Ese año el grano no creció, no estaba grande
.
En tanto, para el agricultor Miguel Ángel Álvarez, también de Ignacio Allende, antes de pretender producir más se deben corregir los problemas existentes: requerimos más apoyo, fíjese nada menos, ahorita el frijol se anda pagado a 13 pesos, el diésel vale 28 pesos el litro. Necesitamos vender dos kilos para costearlo. ¿A dónde vamos a parar?
Coincidió en la mala operación de los centros de acopio, situación que beneficia a los intermediarios; “Yo recojo mi cosecha –en noviembre-, y para pagar la trilla, tengo que vender algo, pues en ese mes no se han abierto los centros de almacenaje. Entonces lo ofrece uno barato. Por lo que yo le pediría al gobierno que nos tenga en cuenta, que nos respeten el precio desde un principio y que no nos hagan batallar tanto para comercializar nuestro producto”.
Finalmente, Gabino Pardo, del ejido Las Esperanzas, perteneciente a la comunidad El Fuerte, municipio de Río Grande, recalcó otra dificultad en el agro mexicano de esta región, que es la insuficiencia de los fertilizantes entregados a través de programas oficiales.
“Ahorita le ando echando de 60 a 70 kilos por hectárea, y pues no alcanza lo que nos dan. Antes nos entregaban costales de 50 kilogramos. Nos dieron ésta vez 16 costalitos de 25 kilos, y siembro 16 hectáreas, o sea, no completamos.
Tenemos que comprar y ya después que viene la cosecha, a lo mejor, si Dios nos ayuda, levantamos hasta unos 800 kilos por hectárea; pero pues ya está uno endrogado y se queda uno igual
, detalló.