Donde nuestra sombra nos olvida
as palabras que sirven de título a la presente entrega proceden del primer poema de La tentación del mar, de Blanca Luz Pulido (coedición de La Cabra y la UAM), libro que también, gusto de pensar, pudo llamarse de esa otra meridiana manera.
Junto al mar, el espacio de lo abierto
, es posible soñarse vivo
: “¿Cuándo y dónde es tu vida sino aquí?, / dice la playa, repite la marea…” De claro ritmo y limpia, transparente melodía, el poemario, que abre con aleccionador prólogo de Eduardo Chirinos y cierra con no menos, aunque breve, aleccionadora cuarta de forros de Fabio Morábito, tras su lectura deja, a mi ver sin perder sencillez –algo por demás agradecible–, una como redonda resonancia o armonía de conjunto; hace, no nada más durante la lectura, sino asimismo ya en el reposo, vivir un tiempo hurtado al tiempo
.
Se me perdonará que destaque versos que los comentaristas de la obra también citan, pero que resulta difícil o imposible eludir, como estos dos: Cuando se aprende a ser niño / la infancia nos dejó hace tiempo
.
El volumen, de atractiva aunque discreta presentación, no es reciente, cabe aclarar; llegó a mis manos hará dos, tres semanas y me habitó
: Patas alas zumbidos y chasquidos / me cercan, mundo animal que habita el muro / como yo la casa: / desconocidos / nos acompañamos
.
Tal compañía, en cierto modo identificación, se manifiesta en Casi iguana
, reptil al que recorren ríos de piedra y fuego, / paraísos de sangre vegetal / y hondas cañadas
.
El mar, lo dice Chirinos, no es tema general, bien que sí principal del libro. En este sentido veamos fragmentos de El ángel del incendio
: Incandescente llega, / cruza, / abrasa invisibles territorios. // Vértigo dorado, / asciende siempre, / crepitando
. “…resistir es inútil, / como vano esperar / su aparición”. […]. No te apartes, / no luches. / Entrégate a sus armas y claudica. // Una es su llama / sólo en ella existes
. Evidentemente, se habla de poesía, o de su revelación.
Memoria, arde
, clama la autora en poema dedicado a Elsa Cross y pide muros para elevar un templo ubicuo y cierto / y en la cumbre levantar la hoguera / de lo que olvidé, lo que jamás fue mío, / lo que toco y se disuelve sin cesar
.
La poesía, rosa que nace / de su propia quietud
, es interrogado sol
, pregunta del viento a las raíces, / silencio a la sombra de este invierno / por tu sola presencia iluminado
.