a OMS se encuentra bajo una presión fuerte con la salida del organismo de EU y de Argentina por una decisión unilateral de su presidente ultraliberal Javier Milei. Sin embargo, estos sucesos también parecen darle mayor espacio a este organismo para abordar temas políticamente delicados con más facilidad. Es el caso del concepto de determinantes comerciales de la salud, lanzado en junio por el organismo intergubernamental. Es una novedad porque el financiamiento de este organismo ya estaba en manos del Banco Mundial y organismos privados como el de Bill y Melinda Gates.
Esta mayor libertad se aprecia en el concepto de determinantes comerciales de la salud, que va más allá que el concepto de determinantes sociales del proceso salud-enfermedad. Los médicos sociales y aquellos vinculados a la salud colectiva podemos dar testimonio de la resistencia a este concepto, defendido y promovido con insistencia por Brasil, por parte de Margaret Chan, quien fue directora general de la OMS de 2006 a 2017. La noción de determinantes comerciales se define como: las actividades del sector privado que afectan directa o indirectamente, sea positiva o negativamente, la salud de la población, pero en particular a los y las jóvenes, como lo explica un análisis publicado por la CEE-FIOCRUZ.
Las mercancías perniciosas agravan, además, las desigualdades económicas, sociales y raciales ya existentes. También juegan un papel las relaciones de fuerza anteriormente existentes, ya que los pequeños países en desarrollo tienen mayores problemas de resistir las presiones de las grandes trasnacionales. El texto enfatiza además que existen acciones eficaces de salud pública para responder a estos determinantes y es necesario aplicarlos para una reconstrucción más justa y saludable después de la pandemia por covid-19.
Resulta revelador que la OMS retoma el concepto de determinantes
después de esta epidemia, ya que permite ubicar las causas fuera de la sociedad en un fenómeno natural biológico
. Es también significativo que este organismo vuelve a recordar la definición de los determinantes sociales como las condiciones en las cuales las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen y sufren las influencias de las fuerzas económicas, políticas y sociales
. Es de recordar que esta declaración fue sujeta a una discusión intensa, para que no sonara como una declaración inoportuna en el contexto de la reciente caída del muro de Berlín.
La noción de los determinantes comerciales puede entenderse como un elemento clave, ya que representa el impacto de la lógica del mercado en la salud pública. En este contexto, las actividades modulan los ambientes físicos y sociales con efectos que pueden ser positivos y negativos. El sector privado afecta los ambientes sociales, físicos y culturales directamente por sus acciones empresariales y, también por sus compromisos sociales, sean éstos vía condiciones de trabajo, diseño y envase de sus productos, su cabildeo con legisladores, generación de hábitos, etcétera.
Los ejemplos más conocidos son la promoción del tabaquismo e, indirectamente, el uso de otras drogas adictivas, incluyendo el alcohol; la ingesta de comida que provoca obesidad, junto con la inactividad física que genera enfermedades crónico-degenerativas; accidentes de todo tipo, etcétera.
La novedad no es que existan estos determinantes comerciales, sino que se enumeran en un documento de la OMS. Esto probablemente es positivo, pero también puede promover el ultraliberalismo tipo Trump y Milei. Se observa su avance en los países del Sur pero también se está abriendo camino en Europa, por ejemplo, en Italia, Holanda, Hungría y Grecia; países que además están abandonando las doctrinas sobre la justicia social y la igualdad.
Los determinantes comerciales desde luego han sido estudiados anteriormente pero en el contexto de problemas específicos como puede ser el impacto del llamado complejo médico-industrial
. La novedad entonces sería el nuevo enfoque de las determinantes comerciales donde se incluye todo lo que tenga un impacto en salud, sea éste directo o indirecto, pero creados por los agentes económicos con fines de lucro.