En Nayarit el fin era conservar mangles y ahora hay diferentes especies animales, como jaguares

Lunes 30 de junio de 2025, p. 14
Santiago Ixcuintla, Nay., La Papalota es una reserva ecológica de 368 hectáreas creada en 2008 con el propósito de preservar los diferentes tipos de mangles, y hoy en día es hábitat de una gran diversidad de especies, entre ellas jaguares (hay cuatro) y ganado, que cohabitan –aunque parezca imposible– en esa área protegida.
Cuenta con la certificación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conamp) como zona de conservación; posee tres ecosistemas, uno es el bosque de manglar, la superficie que más predomina, así como la Selva Baja Caducifolia, y matorrales espinosos.
En abril de 2013 se obtuvo la primera fotografía de una hembra juvenil de jaguar; en 2015 se instalaron más cámaras de fototrampeo, que a lo largo de estos años han permitido obtener múltiples imágenes de los –por lo menos– 12 nacimientos en la reserva.
“El primero que se documentó fue el de la felina Janis; en 2016, fue captada jugando con su cachorro. De ese video, Conamp nos pidió autorización para subirlo a nivel nacional; fue el primero que se hizo en La Papalota. Hemos contado al menos 12 nacimientos en estos 15 años”, comenta Ignacio Luis Vallarta Chan, administrador del sitio.
Los jaguares de la reserva se llaman Ron, Nacho y Flor; mientras el cachorro –que se estima nació en julio de 2024– no ha podido ser captado debido a que su madre, Flor, lo mantiene en resguardo en algún punto de las 368 hectáreas.
Vallarta Chan lamenta que de los 12 felinos sólo cuatro permanezcan en la reserva y el resto se vaya a algún lugar del que no tiene conocimiento, pero guarda la esperanza de que todos estén bien.
La Papalota tiene agua, y mucha, ya que el río Santiago mantiene fresco gran parte del territorio, lo que le da el equilibrio necesario para que el mangle se mantenga en óptimas condiciones. En las plantas más pequeñas se observa una especie de polvo, de la que el entrevistado invita a lamer una hoja: Es sal, la verdadera sal orgánica
, expresa.
Con entusiasmo a flor de piel, lleva a recorrer una parte de los caminos que en la actual época de lluvias se inundarán y no se podrán recorrer hasta diciembre. Muestra el sendero de los neumatóforos; explica que son raíces que salen a respirar y cuya altura indica el nivel del agua que habrá en los próximos meses.
En el recorrido muestra también el sendero de Las Guamaras, y señala, a cada paso, las huellas de jaguares que recientemente pasaron por el área, quizás en busca de un refugio fresco para resguardarse de las temperaturas de más de 40 grados centígrados.
Son pisadas de una hembra; el tamaño de la mano te lo dice, y aquí está la huella de la pata, más chica. No trae al cachorro, lo deja oculto en algún lugar
, explica.
Durante el recorrido recuerda que “a partir de 2019 tuvimos las dos primeras capturas de jaguar en un bosque de manglar, algo que no se había hecho anteriormente; se habían visto, se tenía registro por la Conamp, pero de capturas fueron las primeras en la región. Desde entonces a los felinos se les colocaron GPS para documentar sus movimientos.
Los jaguares atacan becerros chicos cuando su madre se ausenta. Aquí no hay ataques, el propio vaquero nos sirve de testimonio de nosotros, y eso es otra de las cosas que no se compara con otros sitios, La Papalota tiene, afortunadamente, alimento. El jaguar come otras especies. Hay venados, coatíes, armadillos, tortugas y peces
, detalla.
Desde lo alto de una torre de 54 escalones y 12 metros de altura se aprecian la belleza en todo su esplendor de la zona, el río Santiago y el mar; a la playa Los Corchos se llega a pie, y una gran cantidad de aves paradas en lo alto de algún árbol o en el mangle, las chachalacas cruzan por los caminos con la alharaca propia de su especie.
Resalta que la conservación que se hace en La Papalota es un trabajo de todos, no nada más mío. Hay organizaciones involucradas, que en estos meses esperan concluir proyectos
.