Las provocaciones del señor Trump
ás allá de la civilidad, de lo correctamente político y de la responsabilidad a que obliga el servicio público desde los más altos cargos de la administración, es innegable que existe una campaña del gobierno de Estados Unidos en contra de nuestro país.
No podríamos decir que en contra de la presidenta Sheinbaum porque Trump ha hecho de su relación con ella el mejor disfraz para golpearnos. Así las cosas, mientras las frases de elogio y un supuesto reconocimiento al trabajo del gobierno de la 4T brota de la mentirosa boca del presidente de EU, sus halcones atacan con ferocidad, por lo menos de palabra, algunos de los puntos más sensibles de nuestra economía.
Y ya no se puede decir que se trata sólo de hechos aislados que provocan ciertas circunstancias, no, ya no. Si echamos un ojo a lo ocurrido, es decir, a los hechos, nos daremos cuenta de que un día tras otro las decisiones de Trump buscan reacciones del gobierno de México en su contra para argumentar, seguramente, algún ataque a mayor escala.
La firmeza de las decisiones de la Presidenta de México frente a insinuaciones perversas de Trump, como pretender que las tropas de su país se instalen en el nuestro para combatir a los cárteles de la droga, silenció en el dicho al –presidente convicto–, pero la cosa no quedó ahí. Trump seguramente montó una nueva mentira –¿para desquitarse?– y desde su embajada y con la ayuda de una de las agencias que combaten a los migrantes trató de poner frente a los ojos de los mexicanos una mentira que exigía, de manera pronta, una respuesta que impidiera que se hiciera daño a la administración.
Soberanía se llamaba la palabra y denunciar que se le ha violado es una obligación que debería atañernos a todos. Transparentar la falacia que busca menoscabar la popularidad de este gobierno tendría que formar parte de una obligación general, y para ello hay que exhibir el modus operandi –que nadie se equivoque–, y para medir el tamaño de la provocación se requiere tener certeza de la fuente primaria y tratar de conseguir la respuesta, el antídoto que mate el veneno.
La campaña en contra del país está en marcha. Habrá más ataques, más falsedades. No se trata de ignorar o suavizar las acciones del contrario buscando culpables en horizontes amigos. No hay espacios para la confusión ni para confundir. Ya está demostrado que cuando se exige respeto se consigue, aunque después se tenga que estar alerta por el contrataque. Así que, tras la sonrisa y los elogios está una realidad cada vez más obvia, cada vez más peligrosa.
Hay talento político y compromiso en las líneas mexicanas, por eso estamos seguros de que los ataques de la campaña se pueden combatir sin equivocar la mira. Con eso basta. Nada más.
De pasadita
Es urgente ponerle celeridad a la economía en el país, y sobre todo en la Ciudad de México, y para hacerlo rápido, pero de buen modo, nada como la construcción.
No se trata de edificar estafas como las que construyó el panismo con el cártel inmobiliario, del que, por cierto, no ha caído ningún pez gordo, sino de empresas serias que ataquen con honestidad la carencia de vivienda en nuestra ciudad.
Por eso, hace falta una recomposición del espacio urbano antes de liberar terrenos a lo loco sin tomar en cuenta uno de los temas que más nos debería preocupar: el medio ambiente, que dentro de muy poco se convertirá en nuestro enemigo si no lo cuidamos. Aguas con eso.