El ilusionista
as grandilocuentes propuestas de Trump apuntaron a la Luna, pero a fin de cuentas sus flechas han aterrizado a escasos metros. Alegará que en cualquier forma han sido exitosas. Con su experiencia de histrión su intención era, y sigue siendo, un medio para mantener una ilusión colectiva capaz de distraer la atención sobre la realidad. La realidad es terca y asuntos urgentes, como el costo de la vida, la guerra en Ucrania y las deportaciones migratorias siguen siendo un dolor de cabeza para la administración y la sociedad.
Con el pasar de los días, al menos tres de sus grandes promesas se desvanecen paulatinamente como castillo de naipes. La balandronada de aplicar aranceles a diestra y siniestra a los países que acusa de aprovechar la bondad con la que EU los ha favorecido. Su intención de aplicarles un arancel, a todas luces desproporcionado, ha ocasionado una repulsa similar por ser violatorio de tratados y normas comerciales.
China respondió con una medida similar, e impuso una serie de taxativas a las importaciones de EU que han amenazado con resquebrajar la economía estadunidense, empezando por la caída espectacular de la bolsa de valores y la protesta de las grandes cadenas comerciales por el daño a sus actividades. Las propuestas de corregir este error son nebulosas y erráticas.
Acabar en un día con la guerra entre Rusia y Ucrania ha topado con una realidad que Trump no alcanza a entender. Hay un impasse debido a la ignorancia de Trump y sus asesores sobre las legítimas aspiraciones de Ucrania en preservar su integridad territorial y soberanía. Rusia no ha cedido en su ambición de adueñarse de grandes partes del territorio ucranio. La extraña fascinación que Trump siente por Putin ya ha causado escozor en miembros y legisladores de su propio partido. En síntesis, ni Ucrania ni Rusia están dispuestos a capitular a pesar de las promesas y alardes del gran negociador.
La expulsión de varios residentes de origen extranjero acusados de un supuesto delito violando principios constitucionales y su increíble idea de negar la nacionalidad a quienes nacen en territorio estadunidense se han topado con sendos amparos en el circuito judicial. Ignoró el derecho constitucional que garantiza un juicio justo a quienes son acusados de un delito y, arbitrariamente, procedió a su deportación.
La pregunta es si reculará en sus propuestas antes de las elecciones de medio tiempo o persistirá en sacar conejos de la chistera.