Martes 13 de mayo de 2025, p. 20
Nueva Delhi., El primer ministro de India, Narendra Modi, explicó que su país sólo ha pausado
la acción militar contra Pakistán y que tomará represalias en sus propios términos
ante cualquier ataque, después del alto el fuego declarado el fin de semana.
En su primera declaración desde la tregua –que Donald Trump se atribuye–, Modi no hizo referencia al papel de Estados Unidos en el cese de hostilidades. En cambio, mantuvo su postura: fue Pakistán el que primero contactó al jefe de operaciones militares de India el sábado para solicitar un alto el fuego, y fue Pakistán el que pidió ayuda a la comunidad internacional.
Trump se jactó de haber evitado una guerra nuclear
entre India y Pakistán, y amenazó con suspender el comercio con ambos países si no cesan sus ataques.
India lanzó su primera ofensiva contra Pakistán el miércoles pasado en represalia por un ataque de combatientes a turistas en Cachemira india, con saldo de 26 muertos, a finales de abril.
Modi también aludió a la amenaza nuclear que se cernía sobre las crecientes tensiones de la semana pasada, y agregó que en cualquier conflicto futuro con Pakistán, India no toleraría el chantaje nuclear
.

Funcionarios de seguridad de Pakistán dijeron que uno de los términos del alto el fuego era un acuerdo de que las futuras conversaciones se celebrarían en un tercer país, y que los Emiratos Árabes Unidos serían posible sede.
Modi hizo referencia a posibles negociaciones futuras, pero advirtió: “si hablamos con Pakistán, será sólo de terrorismo… será sobre la Cachemira ocupada por Pakistán”.
Ayer, a lo largo de la frontera que divide Cachemira entre India y Pakistán se mantenía la tregua, luego de los bombardeos de la semana pasada.
India también reabrió 32 aeropuertos en el norte del país que permanecieron cerrados ante la escalada de las hostilidades y los jefes de operaciones militares de ambos países acordaron reducir la presencia de tropas en la frontera en una conversación telefónica.
En la Cachemira administrada por India se enviaron expertos a las zonas fronterizas para desactivar bombas sin explotar, mientras decenas de miles de desplazados regresaban a sus hogares.