Sao Paulo., El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se encuentra neurológicamente perfecto luego de los dos procedimientos quirúrgicos a los que se sometió esta semana para atenderle una hemorragia intracraneal, informó ayer su equipo médico. Horas después, el esquema de seguridad del mandatario fue reforzado tras descubrirse un complot para asesinarlo.

Hoy debería recibir el alta de cuidados intensivos, estimó el médico Roberto Kalil, sobre la cirugía del mandatario brasileño de 79 años, quien necesitó una segunda intervención complementaria por medio de un cateterismo vía femoral, previsto en el protocolo médico, para minimizar el riesgo de más sangrados en el futuro.

Sobre el plan de magnicidio, de acuerdo con la estación televisiva CNN Brasil, la policía federal indicó que uno de los planes era aprovechar frecuentes visitas de Lula a hospitales para matarlo por envenenamiento o uso de productos químicos que causarían colapso orgánico.

La preocupación tiene relación con el propósito de crimen elaborado por miembros del grupo militar Kids pretos (Niños negros), comando élite de operaciones especiales que recibe entrenamiento calificado en acciones de sabotaje e incitación a la insurgencia popular. De acuerdo con la policía, los sospechosos estaban pensando en aprovechar una de las visitas del jefe del Ejecutivo al centro médico para asesinarlo.

Una de las hipótesis era el uso de químicos para causar un colapso orgánico considerando la vulnerabilidad de salud y frecuente visita a hospitales por parte del mandatario ex sindicalista.

Lula fue operado por primera vez con éxito el martes en Sao Paulo por un hematoma cerca del cerebro, consecuencia de un golpe de hace casi dos meses, cuando se cayó en el baño de la residencia presidencial en Brasilia.

El mandatario, que canceló en su momento un viaje a Rusia para una cumbre del BRICS después del accidente, quedó con una herida que le dejó un corte visible en la parte posterior de la cabeza, ligeramente por encima de su cuello.

No sufrió ningún daño neurológico, aseguró el doctor Roberto Kalil, quien vigila la salud del gobernante desde hace años. A pesar de los informes médicos sobre la favorable evolución del presidente progresista, muchos brasileños se reunieron cerca del hospital para mostrarle su apoyo.

Con Lula internado, el vicepresidente Geraldo Alckmin tomó parte de la agenda presidencial, pero no asumió oficialmente la función interina durante la convalecencia del jefe de Estado. Lula está en ejercicio permanente de la actividad del Pode Ejecutivo, afirmó su ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha.

En tanto, el ministro de Comunicación Social de la presidencia de Brasil, Paulo Pimenta, confirmó que Lula buscará la relección en los comicios de 2026.

El ex sindicalista, próximo a cumplir 80 años, declaró recientemente que buscaría un nuevo mandato si fuera necesario, pero antes consideraría su salud.