Miércoles 11 de diciembre de 2024, p. 21
Tel Aviv. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se convirtió ayer en el primer gobernante en funciones que testifica en calidad de acusado en una causa penal, y afirmó que es acosado porque sus políticas no se alinean con un impulso para la creación de un Estado palestino.
Al inicio de su comparecencia para responder por los cargos de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos en tres casos separados, Netanyahu, de 75 años, dijo que esperó este momento durante ocho años.
Estoy dirigiendo a Israel a través de una guerra de siete frentes y creo que las dos cosas se pueden hacer en paralelo
, agregó el mandatario de forma desafiante ante el tribunal compuesto por tres jueces, mientras su país está involucrado en un conflicto en Gaza y enfrenta nuevas amenazas planteadas por la agitación regional, incluido Siria.
Los fiscales acusan al premier de aceptar puros y champaña de un productor de Hollywood con valor de decenas de miles de dólares, además de conceder favores regulatorios por valor 500 millones de dólares a Bezeq Telecom Israel (BEZQ.TA) a cambio de una cobertura positiva de su persona y de su esposa, Sara, en un sitio de Internet de noticias controlado por el antiguo presidente de la empresa.
También se le acusa de negociar un acuerdo con el propietario del diario Yedioth Ahronoth con el fin de obtener una mejor cobertura a cambio de legislación para frenar el crecimiento de un periódico rival.
El también líder del partido derechista, Likud, rechazó las imputaciones en su contra y se declaró inocente; además, arremetió contra los medios por lo que denominó su postura izquierdista
.
Su abogado, Amit Hadad, denunció en una declaración preliminar que los investigadores de la policía israelí no indagan un crimen, sino a un hombre
, y comparó este comportamiento con la Unión Soviética de Stalin, informó The Times of Israel.
La semana pasada, los jueces dictaminaron que Netanyahu, quien enfrenta estas acusaciones desde 2019, debe testificar tres veces por semana, lo que obliga al veterano líder israelí a hacer malabarismos entre la sala del tribunal y la de guerra del ministerio de Defensa, que se encuentran a minutos de distancia.