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Piden ley para dignificar a mezcaleros de Guerrero; su situación es adversa
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▲ El productor de mezcal Ambrosio Muñiz Loranca, quien afirma que aprendió a elaborar esa bebida a los 13 años de edad en la comunidad Atliaca, municipio de Tixtla, Guerrero. En la imagen, dentro de su fábrica en la localidad citada.Foto de archivo Sergio Ocampo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 1º de diciembre de 2024, p. 22

Chilpancingo, Gro., Para dignificar el trabajo de los mezcaleros de Guerrero que enfrentan inseguridad, abandono, falta de presupuesto, saqueo de conocimientos e incluso desplazamientos, el investigador Eduardo Sánchez Jiménez demandó al gobierno federal y estatal aprobar la Ley del Mezcal para el estado.

Explicó que Michoacán y Puebla ya tienen ley, no andan mendigando recursos, ¿y Guerrero?, ¿qué le pasa a esos señores diputados y senadores que están sentados allá?; esa ley no va a llegar, tiene que salir del pueblo.

Al participar en la plática El mezcal, un símbolo de Guerrero, organizada por la Asociación de Mezcaleros de Tixtla, en el contexto de la Feria del Libro realizada en esta capital, advirtió: si queremos hacer algo por el mezcal en Guerrero, comencemos por tener una ley para dignificar a los mezcaleros.

Dijo que hace tres años presentamos dicha norma para Guerrero, pero está debajo de los cartones del Congreso del estado. Hay saqueo de conocimientos y no hay justicia para los productores.

Aseveró que desde 1994 entró la denominación de origen, y no tenemos una ley que implicaría contar con presupuesto, no habría el clientelismo que conocemos, con los gobiernos neoliberales, que se repartían los alambiques. Tener una ley obliga al gobierno a dar recursos al sector, tener un plan rector.

El investigador, originario del municipio mezcalero de Mochitlán, en el centro de Guerrero, miembro del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías y del Sistema Nacional de Investigadores, habló de los problemas que enfrentan los mezcaleros como la inseguridad, y de nuestros hermanos de la sierra, de Tierra Caliente, que están desplazados.

Lamentó que a Guerrero el tema de la comercialización de esta bebida llega tarde: antes de 1994, el mezcal era ilegal en todo México; en ese año entra el Tratado de Libre Comercio; meses después se decreta la primera zona de protección de denominación de origen que incluye a los estados de Oaxaca, Guerrero, Durango, Tamaulipas y San Luis Potosí.

Boom de la bebida

En 2001, 2006, 2008 y 2015 se incluyen más entidades, y es cuando “se habla del boom mezcalero, se reconoce 300 por ciento de la producción nacional. Entre 2015 y la pandemia, en 2020, surgen cinco veces más marcas que productores de mezcal”.

Durante la pandemia, muchos sectores productivos fueron al fracaso, los mezcaleros no, sobre todo en Guerrero y parte de Oaxaca y del país el producto no cayó”.

Este boom trajo mayor incremento a la carga fiscal. Actualmente por cada botella que se vende de manera legal, con su marbete de Hacienda, con su sello de la norma 070, alrededor de 74 pesos, de cada 100, se le queda al gobierno; el impuesto especial sobre producción y servicios (IESPS); y el IVA es 16 por ciento. ¿Cuánto le queda al comercializador?, ¿cuánto al campesino, al fabriquero?, ¿cuánto llega al ejido?”.

El asunto es que “el gobierno dice que es un problema de salud pública el consumo de alcohol, quizá tengan razón. Pero en 2018 presentamos la Ley del Mezcal Tradicional, que por desgracia está parada en el Senado de la República.

Acusó que un legislador de Acapulco, Guerrero (Manuel Añorve Baños, del PRI), votó en contra. La ley proponía bajar el flagelo del impuesto del IESPS; que los mezcales que vinieran de territorios campesinos o de ejidos tuvieran una carga fiscal de 5 por ciento y no 56 como se paga en la actualidad y el que produjeran empresas privadas y trasnacionales, que pagaran más; pero es ese señor dijo que no, que todos parejos.

Detalló que la ley planteaba reconocer los territorios culturales: “para que el consumidor diferenciara los tipos de mezcal, por ejemplo, los que somos de Guerrero y Oaxaca sabemos de dónde viene, pero los que lo consumen en Francia, no.

Por eso se propuso poner el apellido: mezcal de la sierra de los Valles Altos de Oaxaca; de la sierra de Zacatlán; de Tixtla, o de Zihuaquio. Eso permitiría llegar a un mercado mucho más competitivo”. Nos dijeron que eso no se podía, que prácticamente era una jalada”, señaló.

Sin embargo, se demostró con documentos históricos de 1956 cuando se hizo un censo en Guerrero, y los mezcales aparecían en cartas de restaurantes con sus apellidos, decían de Chichihualco y Petaquillas. Los oaxaqueños a eso le llaman mezcal de autor, comentó.