Domingo 1º de diciembre de 2024, p. a27
La agrupación colombiana Bomba Estéreo, reconocida por su inconfundible fusión de cumbia, electrónica y sonidos urbanos, ofreció ayer un concierto en el Zócalo de la Ciudad de México que superó lo meramente musical y adquirió tintes de resistencia, reflexión y conciencia social.
La presentación formó parte de la campaña global que comenzó el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Desde el inicio, el primer cuadro de la capital del país se colmó de una energía singular. Las luces del escenario se encendieron y el multitudinario público, un mosaico de generaciones y orígenes, se preparó para vivir una experiencia inolvidable, donde 50 mil personas, según las autoridades capitalinas, compartieron un espacio común, unidos por la música y una causa trascendental sin que la edad fuera una limitante.
A las 19 horas con la cantante mexicana Samantha Barrón, ofreció un repertorio íntimo y conmovedor. Su voz tejió una atmósfera de cercanía y emoción. Las letras de sus canciones, impregnadas de sensibilidad, prepararon a los presentes para la intensidad que llegaría después. Fue un recibimiento cálido, un preludio que encendió la expectación para lo que estaba por venir.
Cuando Li Saumet, líder y voz de Bomba Estéreo, subió al escenario la atmósfera en el Zócalo cambió radicalmente. Su presencia fue magnética y su voz poderosa. Las primeras notas de canciones como Fuego y Ojitos lindos desataron una oleada de energía, convirtiéndose en himnos de libertad y resistencia.
Uno de los momentos culminantes de la velada fue la interpretación de Somos dos, cuando la cantante mexicana Silvana Estrada apareció en el escenario para unirse a la agrupación sudamericana. Su presencia y estilo inconfundible dejó a la audiencia extasiada.
Sin embargo, las sorpresas no terminaron ahí. María José Llergo, procedente de España, hizo una entrada espectacular para interpretar To my love, uno de los mayores éxitos de Bomba Estéreo.
Con la emoción brillando en sus ojos, Esther y Julieta Pérez, dos hermanas adolescentes provenientes del estado de México, no ocultaron su alegría en todo momento.
La música electrónica, la cumbia, las letras, la actitud, todo nos gusta de este grupo
, compartieron con entusiasmo. Pero lo que más valoraron fue la atmósfera íntima del encuentro: así se disfruta más
, dijeron a La Jornada.
La iluminación multicolor cubrió la Plaza de la Constitución mientras entre canción y canción, Bomba Estéreo aprovechó para reforzar el mensaje de respeto, igualdad y activismo. La música, en este contexto, se convirtió en un vehículo de denuncia al recordar que la violencia de género debe enfrentarse desde todos los frentes, siendo la cultura una herramienta poderosa en esta lucha.
La conexión entre la agrupación y los asistentes fue total.