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Premia el Inbal a Armando Colina, obrero de la cultura y cofundador de Arvil
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▲ Lucina Jiménez entrega el reconocimiento al promotor cultural Armando Colina.Foto tomada de la cuenta X del Munal
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de octubre de 2024, p. 6

El obrero de la cultura y patriota romántico Armando Colina, cofundador de la galería Arvil, que celebra su 55 aniversario, recibió un reconocimiento del Instituto Nacional de las Artes y Literatura (Inbal) por su destacada trayectoria y contribución a las artes en México.

La ceremonia se realizó en el Museo Nacional del Arte (Munal), al que Colina donó en 2023 el archivo documental de Carlos Mérida (1893-1984), artista guatemalteco radicado en México, de quien fue amigo personal y con quien mantuvo una estrecha colaboración profesional. El acervo original de Mérida fue dividido en tres segmentos: uno donado al Museo de Arte Moderno de Guatemala Carlos Mérida; el segundo, al Inbal, en 2000, por Ana Mérida, hija del artista, y Colina aportó el tercero, lo que contribuye a una imagen más integral del artista.

También se celebró la donación hace un par de meses de un conjunto de ocho placas metálicas en blanco y negro de los siglos XVIII y XIX, de origen tlaxcalteca y poblano, intervenidas por el artista Francisco Toledo en 1981, con el propósito de hacer impresiones nuevas, con base en las cuales el ensayista Carlos Monsiváis (1938-2010) escribió la obra de ficción Nuevo catecismo para indios remisos.

Actualmente, las placas y las impresiones de Toledo se exhiben en el Centro de las Artes de San Agustín Etla, en Oaxaca. La donación se hizo al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, institución creada por Toledo, que forma parte de la Red de Museos del Inbal.

En la ceremonia de entrega, Lucina Jiménez, titular del Inbal, señaló que no sólo se agradece la generosidad de Colina, porque “ese no es todo el aporte que en realidad ha hecho nuestro querido amigo obrero, constructor de la cultura y servidor de las artes, sino que ha sido un voluntario transformador de las maneras de relacionarse con el arte.

Eso es vital, porque si tuviéramos que hacer una historia de las artes en México desde la gestión de las mismas, la trayectoria de Armando Colina tendría que ser la primera en ser estudiada, ya que ha sido una figura capaz de aportar sus recursos, sus sueños, sus ilusiones, para transitar en ese vinculo virtuoso que se da entre el libro, el arte y los museos. La relación que construyó con Víctor Acuña, cofundador de Arvil, luego se convirtió en el desarrollo de proyectos emblemáticos de los cuales este país se siente orgulloso; es un ejemplo de vida, aunque también de inteligencia.

Su labor, crucial en la proyección de México

Para Jiménez, sin el trabajo de Armando Colina, México no habría tenido la trascendencia internacional que tuvo en sus momentos determinantes. En gran medida le debemos que figuras emblemáticas del arte moderno mexicano del siglo XX hayan tenido el peso que tienen en el mundo. Eso hay que decirlo, porque arriesgó incluso sus vínculos en un momento dado con las propias instituciones para hacer lo que creía que había que hacer.

El homenajeado respondió: Me llena de júbilo recibir este reconocimiento a mi larga vocación de promotor de la cultura en México y en el extranjero, actividad que ha sido muy divertida, porque me ha hecho creativo a lo largo de mi vida y, sobre todo, en los pasados 55 años, que ya son muchos.