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Despertar en la IV República

¿Qué ha sido de las facultades meta-constitucionales del presidente?

J

orge Carpizo señaló en El presidencialismo mexicano (1978) la necesidad de contar con un Ejecutivo fuerte y que sus capacidades estuvieran reguladas y limitadas por la Constitución. Sin embargo, el Ejecutivo desarrolló capacidades más allá de los límites legales, y a éstas Carpizo las denominó facultades metaconstitucionales del presidente. Vale la pena reflexionar sobre la vigencia de dichas facultades. La primera de ellas fue identificada por Carpizo como la Jefatura real del PRI: el presidente controlaba totalmente al partido hegemónico. Esta organización dominó la escena política por más de 70 años y el presidente disponía de los cargos para fortalecer su gobierno. Esa facultad ha desaparecido. No existe un partido hegemónico del cual emerjan todos los ocupantes de los puestos burocráticos. Además, el partido que llevó al actual presidente al poder no se ha consolidado como una hegemonía política bien organizada y disciplinada, como fue el PRI. Otra facultad fue la Designación de gobernadores, pues el Ejecutivo determinaba directamente a los candidatos postulados por el PRI (gobernadores, senadores, presidentes municipales y algunos diputados). Esta facultad también ha desaparecido; porque no existe garantía de que los candidatos del partido en el poder logren el triunfo. Prueba de ello, es el mapa político actual del país. Relacionada con esta facultad también estaba la de remover a los gobernadores. Bastaba con que el presidente no estuviera de acuerdo con sus gestiones para que éstos renunciaran. En cambio, quienes se alineaban con el presidente eran cubiertos con un manto de impunidad que les aseguraba buenas recompensas. Ésta parece también haber desaparecido. Gobernadores de distintos partidos políticos han enfrentado procesos judiciales que los tienen en prisión.

Pero la facultad metaconstitucional más importante fue la de Designar a su sucesor. A partir de 1934 la elección del candidato presidencial del PRI ocurría rodeada de un halo de misterio. La tradición del dedazo (iniciada con Lázaro Cárdenas) concluyó con Zedillo, quien dejó al PRI la organización de una elección interna para elegir a su candidato presidencial. Las facultades metaconstitucionales del presidente que describió Carpizo parecen declinar, pero todavía el Ejecutivo es muy poderoso y puede influir decisivamente en el nombramiento de su sucesor. En los próximos meses, podrán perfilarse nuevas instituciones y estilos de gobernar.