Miércoles 21 de septiembre de 2022, p. 27
Beirut. Bloqueo de carreteras y plantones frente a instituciones estatales evidenciaron ayer el descontento popular en Líbano debido al alto costo de la vida ante la crisis económica que enfrenta, cuando en los últimos días la población incrementó los asaltos a sucursales bancarias para liberar sus ahorros bloqueados por la falta de liquidez monetaria.
La devaluación de la libra libanesa a su tasa más baja de la historia, altos costos de los artículos de primera necesidad, déficit de electricidad, agua y servicios médicos han provocado múltiples protestas civiles ante la falta de una solución gubernamental.
En la sureña Saida, pobladores bloquearon la carretera frente a la villa de Shafiq Hariri y en los alrededores de la compañía eléctrica de la ciudad, al incendiar contenedores de basura, reportó la Agencia Nacional de Noticias.
El comando del ejército tuiteó que una patrulla fue apedreada por manifestantes cerca del Palacio de Justicia en esta capital, mientras realizaba labores de seguridad, lo que dejó cuatro soldados lesionados y obligó a los militares a disparar al aire para dispersar y arrestar a varias personas.
Antier, un grupo de manifestantes se enfrentó con las fuerzas de seguridad afuera del Ministerio de Justicia, en Beirut, al exigir la liberación de los activistas Abdul Rahman Zakariya y Mohamed Rustom, detenidos desde hace una semana tras irrumpir en una sucursal bancaria y ayudar a una cuentahabiente a sacar sus ahorros.
Los choques se suscitaron cuando una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunía en la capital libanesa con funcionarios locales para seguir el cumplimiento de la aplicación de las reformas que exige para dar al país un préstamo de 3 mil millones de dólares, hablar sobre el colapso económico y las escasas medidas adoptadas por el gobierno para salir de la peor crisis económica de su historia moderna.
Se aplicarán medidas que exige el FMI
El ministro interino de Hacienda, Amin Salam, declaró ayer a Ap que aplicarán en octubre las reformas exigidas por el FMI para un rescate, que incluyen restructurar el atribulado sector financiero, la implementación de reformas fiscales, medidas contra la corrupción y el lavado de dinero, así como reordenar el sistema bancario y modificar las leyes sobre cuentas secretas.
El corralito bancario provocado por la crisis económica que vive el país ha aumentado en las últimas semanas, causando una depreciación de 90 por ciento de la moneda nacional, y algunos depositantes han asaltado las sucursales bancarias que llevan casi tres años imponiendo controles de capital informales que incluyen límites al retiro de dinero en los cajeros automáticos, para llevarse sus ahorros por la fuerza.
El miércoles pasado Sali Hafez irrumpió con una pistola de juguete en un banco de Beirut para sacar 13 mil dólares de sus ahorros congelados. La mujer argumentó a la televisora local Al Jadeed que necesitaba el dinero para financiar el tratamiento del cáncer de su hermana, pero la institución le indicó que sólo podía entregarle 200 libras libanesas al mes.
Los bancos, alegando motivos de seguridad, cerraron todas las sucursales durante tres días a partir de antier. En tanto, millones luchan para hacer frente a los cortes de energía desenfrenados y la inflación vertiginosa.