Hay una percepción extendida de que el beisbol es aburrido, dura demasiado, es algo del pasado remoto y por eso sólo le gusta a la gente mayor. Cambiar esa imagen, trabajar contra inercias tan arraigadas, fue parte de lo que se propu-so Horacio de la Vega cuando asumió la presidencia de la Liga Mexicana de Beisbol en 2020, año en el que una pandemia puso a prueba a la humanidad y a todas las formas de concentración masiva.

Un día después de que Leones de Yucatán ganó el campeonato a Sultanes de Monterrey en siete juegos, De la Vega reflexiona sobre la primera temporada sin los vaivenes de incertidumbre que obligaron las oleadas de covid-19. Lo primero que salta es la sensación de que hay una suerte de euforia, o al menos curiosidad creciente, por el beisbol que hacía mucho no se vivía.

El público regresó a los estadios, relata De la Vega, pero sobre todo llegaron nuevas audiencias compuestas por jóvenes que conocie-ron por primera vez la experiencia de un parque de pelota.

Los números de 2021 respecto de 2019 ya nos hablaban de un crecimiento bastante importante en varios registros, como asistencia y comercialización, expone.

Pero en esta temporada 2022 hemos crecido alrededor de 30 por ciento respecto del año pasado. Tuvimos una presencia de alrededor de cinco millones de personas en las distintas plazas de la Li-ga, en algunos estadios como el de Leones tuvo un promedio de 9 mil personas diarias, pero sobre todo ganamos nuevas audiencias, que es el objetivo fundamental para el futuro del beisbol.

Horacio tiene como referente el crecimiento que logró con el Maratón de la Ciudad de México para convertirlo en un acto que hoy goza de reconocimiento local y global.

Si logramos que el maratón creciera con la tendencia por la vida saludable y se colocara en las actividades importantes de una ciudad, con el beisbol queremos algo similar que empieza a notarse con ese interés creciente. Bajamos el promedio de edad entre los asistentes a los estadios y eso es fundamental para la creación de nuevos públicos. La experiencia no es sólo deportiva, sino es toda una interacción con lo que sucede en un parque de pelota.

En el inicio de esta campaña hubo algunas medidas polémicas que buscaron mejorar en otros registros paralelos al espectáculo deportivo. La más criticada fue la reducción a siete entradas dos días a la semana para atraer más público y televiso-ras para transmitir los partidos.

Era algo que teníamos que probar y que provocó polémica entre los aficionados más apegados a la tradición de este deporte. La periodicidad de este juego es única, hay partidos todos los días y su duración puede ser muy larga. Había que ver cómo funciona para la movilidad de las familias al estadio, para atraer comercialización y difusión, comenta.

Si continuarán los partidos de siete entradas en 2023, eso no puede decirlo hoy el presidente de la LMB. Debe reunirse con los dueños de los equipos para que hagan balances y analicen la temporada.