Cumbiana/ II y última
asi paralelo al proceso de elaboración del libro Cumbiana, relatos de un mundo perdido (Editorial Planeta), que le llevó siete años de investigación y redacción, Carlos Vives trabajó en un álbum musical (el número 14 de su carrera) en el que establece una serie de conexiones con diferentes pautas musicales del territorio anfibio colombiano, dándole continuidad y soporte al texto. La nueva producción discográfica, Cumbiana, es un reconocimiento al folclor de la región en el cual se mezclan los sonidos originales de la cumbia, vallenato y porros con elementos modernos.
El álbum, de 10 piezas, en el que participan Rubén Blades, Alejandro Sanz, Jessie Reyez, Ziggy Marley y Elkin Robinson, es en sí un viaje por la diversidad de la música más alegre del mundo
. Y, particularmente, el regreso a uno de los territorios más biodiversos del planeta: el de los grandes ríos y las ciénagas de Colombia.
Cautivado por ese mundo anfibio, Carlos Vives se adentró en el estudio entendiendo que la música que él hacía, llámese vallenato, pop o cualquiera de sus inventos, nacen de pautas anfibias, cultura del río, la base más antigua, lo que aparece en las Crónicas de Indias como el país de los pocabuyes.
“A lo largo de mi carrera he ido aprendiendo y descubriendo muchísimas cosas, sobre todo ese mundo anfibio que está en el origen de nuestra música. Hoy soy más consciente de lo que nos hemos alimentado musicalmente y de ese origen latinoamericano, que por nuestra condición a veces europea empezamos a olvidar. Este no es un disco antropológico ni cultural, sino más bien moderno, que habla de temas que tienen que ver con lo costumbrista, con nuestra biodiversidad, con el amor y el desamor. Es una producción comercial, pero está construida en esas pautas anfibias. Cumbiana es la modernización de los folclores, a los que les sumamos todos estos sonidos nuevos que tiene este disco”, expresó el cantautor en entrevista con el diario El Espectador.
Carlos Vives declara su sonido es una verdadera fusión, allí están África, Andalucía, Canarias, y nuestros indios; en general
.
Cumbiana tiene mucha percusión, gaita y flauta de millo, es la raíz del álbum. Vives afirma que en algunos temas no sabía que diría la canción, tampoco sabía exactamente cuál sería la línea melódica; sin embargo, sí conocía las pautas que le iban a regir.
“Este disco está lleno de un pocotón de locuras, porque trabajo con dos productores muy jóvenes, uno es guitarrista de Gaira y el otro es mi ahijado, Martín Velilla, es la nueva generación que está conectada con tantos sonidos, aman el trabajo, se criaron con música foránea, pero valoran que ha pasado adentro, todo eso hace a Cumbiana muy especial.”
Acerca de la experiencia de grabar con artistas como Rubén Blades, Elkin Robinson, Ziggy Marley, entre otros, señala: “Elkin tiene mucho de calipso, con él grabamos El hilo, hablábamos mucho de ese Caribe indígena y decíamos que teníamos que unirlo en este sencillo, él le puso su rap y en medio de eso se nos ocurrió llamar a Ziggy Marley, quien se sumó diciendo que yo era súper espiritual. Alejandro Sanz es un amigo entrañable con el que siempe quise hacer algo y se logró con el tema For sale, una pieza colorida que se grabó en Bogotá en medio de un ambiente festivo.
“Con Rubén Blades llevo una relación muy especial, siempre de atrevido le decía que teníamos que hacer algo, que en su interior había un cumbiero, por tanto, teníamos mucho en común. Lo convencí y, aunque su tema se llama Canción para Rubén, se mostró escéptico, pero una vez que hizo sus cambios quedó muy contento con su sonido, ese fue mi homenaje.”
El álbum Cumbiana fue presentado de manera virtual en mayo pasado y el 19 de noviembre ganó tres Grammy Latinos en las categorías de mejor álbum contemporáneo/fusión tropical, por Cumbiana; video musical versión larga, por El mundo perdido de Cumbiana y mejor canción tropical por Canción para Rubén, junto a Rubén Blades.
El mundo perdido de Cumbiana es un documental que nos presenta de primera mano el proceso de creación del álbum. Hace un recorrido por la grabación de cada una de las canciones y al mismo tiempo muestra la majestuosidad del ecosistema del Río Magdalena y sus humedales, así como los desafíos ambientales que enfrenta y que no se podrán superar definitivamente hasta que se comprenda su importancia biocultural, algo a lo que el disco y la cinta pueden contribuir enormemente.