Huellas urbanísticas de los siglos XIX y XX
Jueves 5 de noviembre de 2020, p. 5
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) localizó 45 muros de cimentación de finales del siglo XIX e inicios del XX, concentraciones de loza fina y cerámica, además de rieles de tranvía de mediados del siglo pasado ligados al origen de la colonia Doctores.
Los descubrimientos se registraron durante la remodelación de las avenidas Chapultepec y Doctor Río de la Loza, por parte del gobierno capitalino, que se inició en junio pasado y se extenderá a enero de 2021, en un área de 4 kilómetros entre la Glorieta de los Insurgentes y Balderas, informó el instituto.
Hasta el momento no se han recuperado piezas completas, pero en calles como Dinamarca, Havre y Guaymas se detectaron concentraciones de lozas finas en proceso de manufactura probablemente, con acabados tipo oro sobre blanco, elaboradas para imitar marcas de cerámicas europeas como la Petrus Regout & Co Maastricht, de Países Bajos.
También se halló un canal subterráneo de agua, de 1.20 metros de ancho por 1.70 de alto, el cual estaba tapiado con lajas de basalto, que pudo ser un ramal del acueducto virreinal de Chapultepec.
A finales del siglo XIX y el comienzo del XX, surgió la colonia Hidalgo como parte de la expansión de la Ciudad de México, desarrollo habitacional que nombró a sus calles en homenaje a médicos ilustres de la época de la Reforma y el Porfiriato. Actualmente, la ahora colonia Doctores recupera una parte de su devenir gracias al trabajo de expertos del INAH.
Los terrenos de esa antigua colonia fueron por mucho tiempo llamados La Indianilla, a partir de que ahí habitaron tres indígenas que compartían nombre: María Clara, María Concepción y María Paula. Así se conoció a la estación central de tranvías capitalina: La Indianilla, también se han hallado, a profundidades de 10 centímetros, segmentos aislados de rieles de tranvía de mediados del siglo XX.
El INAH ha recomendado a la empresa contratista encargada de las obras que los vestigios queden protegidos por una geomalla y distintas capas de grava y arena, y así dar paso a construir las jardineras de la nueva acera.
Estos elementos forman parte de un proceso muy particular de urbanismo de finales del siglo XIX. Nos hablan de la gente que vivió y creció aquí, por lo cual debe asegurarse su preservación
, concluye un boletín de la institución.