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Covid-19 amenaza a la Amazonia

E

l Sínodo de la Amazonia es una de las reuniones más importantes del pontificado de Francisco. Durante tres semanas, 184 obispos y representantes indígenas discutieron libremente hace un año en el Vaticano el futuro de la Iglesia católica en esa vasta región.

El mensaje que llegó de América en nombre del planeta fue: ayúdennos a salvar el pulmón del mundo, los 8 millones de kilómetros cuadrados que comparten nueve países y de cuyo buen estado depende 70 por ciento del agua de Sudamérica y una biodiversidad incalculable.

Además, la Amazonia es casa de 35 millones de personas que conforman más de 400 culturas, algunas no descifradas por quienes se dedican a salvarlas de la extinción que trae el falso progreso y el despojo de sus recursos naturales o las hidroeléctricas.

Las conclusiones del Sínodo fueron muy cuestionadas por los grupos ultraconservadores de la Iglesia y los intereses económicos, ya que en ellas se condenan la privatización de los bienes naturales, los modelos de producción depredadores, la deforestación que afecta a 17 por ciento de la región, la contaminación que ocasiona la minería, el cambio climático, el narcotráfico, el alcoholismo, la criminalización de los líderes defensores del ambiente, los grupos armados ilegales, el desplazamiento de los pueblos originarios.

Tampoco gustó a esos grupos la exigencia de las comunidades indígenas de evangelizar sin afectar sus culturas milenarias, de ordenar a hombres casados para solucionar la escasez de sacerdotes en la región. Y permitir el diaconado a las mujeres y así reconocer el papel clave que juegan en la Iglesia.

El Sínodo adquiere hoy más vigencia, pues Brasil destaca en contagios y muertes por Codiv-19. Por ello la Amazonia vive un momento crucial: hay más de 170 pueblos originarios afectados por la pandemia, 600 mil contagiados y más de 20 mil muertos. Culturas milenarias que podrían desaparecer por el modelo neoliberal que Francisco condena en su reciente encíclica, Fratelli tutti.

El ala ultraconservadora de la Iglesia cree que Francisco es Satán.