Martes 3 de noviembre de 2020, p. 17
El repunte de contagios de Covid-19, sumado a algunos indicadores que han desacelerado su crecimiento, apuntan a que la recuperación de empleos y actividad económica a niveles previos a la crisis demore al menos tres años, de acuerdo con especialistas de la academia y el sector financiero. Desde una reforma fiscal más estímulos de corto plazo, hasta replantear de una vez la política industrial de la actual administración se enfilan como algunas de las necesidades de la economía bajo la actual crisis.
José Antonio Romero, académico de El Colegio de México, consideró que las obras de infraestructura, hasta ahora promovidas como el programa central para acelerar la recuperación económica, tienen un efecto limitado y en su lugar una política industrial y agrícola lograría financiar el crecimiento en el largo plazo, más allá de las tasas de los pasados 30 años.
Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA, estima que la economía no volverá a tener el nivel de PIB que tenía antes de la pandemia sino hasta 2023 y la recuperación del PIB per cápita tomará algunos años más
. Detalló que con la pérdida neta de 900 mil empleos formales hasta septiembre pasado, la recuperación en este ámbito también se enfila a tres años más.
A su vez, Adrián de la Garza, director de estudios económicos de Citibanamex, explicó que todavía hay mucha debilidad en los indicadores
y la recuperación vista hasta el momento no es tan sostenible
, por lo que se podrían ver tasas negativas de crecimiento en el cuarto trimestre del año, pese al repunte registrado en el tercer trimestre.
Agregó que la incertidumbre sobre el crecimiento seguirá dirigiendo el curso de la economía hasta que no haya una vacuna y no nada más de que exista la vacuna, sino de que se administre a una buena parte de la población
. Mientras tanto se requiere reforzar las políticas de apoyo al empleo.
Serrano detalló que la recuperación de al menos tres años en el PIB y empleo se traducen en mayores niveles de pobreza. Con dicha perspectiva los ajustes al gasto deben mitigar los impactos más nocivos de la pandemia
: dar ayudas a aquellos que han perdido el empleo, fortalecer el sector salud y prevenir un mayor deterioro en el tejido productivo.
Recalcó: Con esto no me refiero a rescates incondicionales de empresas. Esto no debe volver a ocurrir. Pero hay formas de prevenir la desaparición de empresas sin darles un cheque en blanco
.
Los apoyos a empresas implican posponer (no condonar) obligaciones fiscales, aplazar el pago de servicios, condicionar los apoyos a que no se realicen despidos, así como comprar acciones a aquellas que cotizan en bolsa con la garantía de recompra a precios actuales.
Estos son aumentos en el gasto que creo pudieran ser de hasta unos cuatro puntos del PIB: existe el espacio fiscal para ello. Pero deberían estar acompañados del anuncio y aprobación de una reforma fiscal que aumente los ingresos fiscales pero que entre en vigor hasta que se haya superado la parte más aguda de la crisis. Esto podría ser en 2022
, detalló.