Yulihan Cobrita Luna derrotó de forma contundente a Mariana Juárez el sábado en Cancún y se convirtió en la nueva campeona mundial de peso gallo. La evidencia de la victoria quedó plasmada en el rostro inflamado de la Barby por el castigo de los puños de la nueva monarca. Sin embargo, no aceptó el veredicto y acusó a su rival de hacer trampa con los guantes.

Sin prueba alguna, Juárez reclamaba que algo había ilegal en los guantes o el vendaje, pues los golpes los sintió anormales en su potencia. Algo trae, tengo 20 años de experiencia y sé que algo trae, era su único argumento.

“Es una infamia la acusación sin pruebas contra la victoria limpia de la Cobrita Luna”, defiende su mánager, Carlos Martínez; no se vale que sin presentar pruebas, se quiera manchar el trabajo limpio y disciplinado de una joven deportista.

Después de la pelea, el cuadrilátero era un caos de gente y acciones fuera de lo común. El promotor Pepe Gómez iba de un extremo a otro, la Barby regresaba a su esquina e interfería una entrevista televisiva con la nueva campeona, quien lloraba impotente por la acusación. Autoridades recibían los guantes y vendajes y los observaban sin encontrar algo anómalo. Todo en vivo y en televisión nacional.

Esa noche se rompieron muchos protocolos reglamentarios, comenta Martínez; ofrecimos los guantes y el vendaje ahí mismo para su revisión y no encontraron nada, todos los manoseaban. Mejor: que vean con sus propios ojos que no había nada qué ocultar. Eso se vio en televisión nacional y en vivo.

A pesar de que no hubo ninguna evidencia de alteraciones en los guantes, Juárez insiste que hubo algo inusual. En un video que subió a sus redes sociales alega que ya fue víctima de alguna trampa en el pasado y por eso afirma que los golpes no eran normales.

Es un disparate, señala Martínez; Mariana Juárez es una peleadora respetable con una gran trayectoria, pero a veces es difícil aceptar una derrota. Sobre todo cuando es tan abrumadora.