Jessica Salazar, imbatida en el récord mundial de ciclismo velocidad desde hace cuatro años, ha llegado lejos porque nunca ha creído que está frente a una campeona olímpica o mundial y ha puesto a prueba sus propios alcances.

Me tengo a mí misma y mi rival soy yo. Creo que ésa es la actitud que me ha ayudado a sobresalir en las competencias y hasta en el ámbito personal, tomar en cuenta que no tenemos rivales externos, sino sólo el interno, que somos nosotros mismos, señaló la pedalista jalisciense de 24 años, ganadora del Premio Nacional del Deporte en el rubro no profesional.

Jessy se inició en el ciclismo a los 11 años como una actividad recreativa familiar, en el Bosque de La Primavera, en Guadalajara. Cuenta que con sus padres y sus hermanos, dos hombres y dos mujeres, emprendían paseos por caminos jaliscienses hacia Tapalpa y Mazamitla.

Fue invitada por la selección Jalisco al ciclismo de montaña, pero sintió que no tenía las cualidades necesarias para esa disciplina y decidió cambiarse a la modalidad acrobática BMX. “Ahí me encontré bastante cómoda, me sentía preparada físicamente para cualquier justa, pero creo que la situación del país era un poquito difícil, porque no teníamos pistas de cierto nivel para practicar ese deporte tal como es.

Después tuve una lesión, me rompí un ligamento, y fue cuando decidí cambiarme a la pista, porque sabía que tenía las cualidades para lograr un gran resultado, dijo la ciclista y relató que cuando se recuperaba fue invitada por Daniela Gaxiola, seleccionada nacional, a integrar al equipo representativo con todo y su entrenador, Iván Ruiz.

A partir de entonces se han desarrollado juntos en la técnica de pista, que desconocían. “Sabía que me iba a ir bien, se lo comenté a mi entrenador y él estaba motivado y muy entusiasmado; nos cambiamos los dos a la pista sin saber prácticamente nada. Dani nos fue guiando por este camino, e Iván, con los conocimientos que tenía, ahí más o menos hacían una buena mancuerna, hasta lograr ya un entrenamiento de primer nivel, que es el que estamos haciendo en estos momentos”, anotó.

Hace cuatro años, el 16 de octubre de 2016 en el Velódromo de Aguascalientes, Jessy estableció el récord mundial de velocidad 500 metros, de 32.268 segundos, un registro que asume como una responsabilidad cada que se presenta en una competencia; tiene en mente superarlo; si alguien más no lo hace antes, sé que yo lo puedo hacer.

Antes de la pandemia, por la que pasó tres meses sin pisar un velódromo, Jessica Salazar, junto con Daniela Gaxiola, consiguieron el pase olímpico a los Juegos de Tokio el año próximo, en la prueba de velocidad por equipos, al terminar en el octavo sitio en el Campeonato Mundial de Ciclismo de Pista realizado en Berlín. Al tiempo que alista su preparación en el Campeonato Nacional de Pista, dentro de dos semanas en Aguascalientes, Jessica también imagina la ceremonia del 20 de noviembre, en la que recibirá el Premio Nacional, galardón que, afirma, deberá dignificar al ciclismo en el país, pues considera que es una disciplina que requiere más difusión y práctica recreativa para bien de nuestra sociedad.