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Crisis, con o sin pandemia // El bicho exacerbó la caída

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▲ Prácticamente todos los mercados del mundo retrocedieron, arrastrados por la incertidumbre generada por los incrementos de contagios de Covid y la amenaza de eventuales cuarentenas impuestas por los gobiernos. Además, en EU, es evidente la incapacidad de Washington de brindar más ayuda a la economía.Foto Ap
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in resolver la crisis sanitaria causada por el Covid-19 (de hecho, en varios países se registran peligrosos rebrotes no evaluados en su exacta dimensión), los gobiernos nacionales de aquí, allá y acullá hablan ya de recuperar lo perdido y avanzar sostenidamente, para lo cual se preparan, según dicen, para la pospandemia en el supuesto de que el bicho fue el causante de todos los males por arrasar con la de por sí escuálida perspectiva económica y social del planeta.

Sin embargo, tal caída no se inicia con la irrupción del Covid-19, sino desde antes del primer contagio. Cierto es que la presencia del bicho exacerbó el desplome económico, pero éste comenzó a registrarse a mediados de 2018, sin olvidar que el deterioro social del planeta acumula siglos, y empeorando. La región tiene gravísimos problemas estructurales que han pretendido solucionarse a golpe de parches, lo que sólo ha empeorado la situación.

En este sentido, la Cepal no descubre el hilo negro cuando subraya que en América Latina y el Caribe, al igual que ocurría en la economía mundial, las tendencias ya eran poco favorables antes de la pandemia; en los seis años anteriores (2014-2019) el crecimiento económico había sido el más bajo registrado desde 1951, y en este escenario de escaso dinamismo se espera que en 2020 la pandemia dé lugar a que el producto interno bruto (PIB) regional por habitante se contraiga casi 10 por ciento y sea similar al de 2010.

El organismo especializado de la ONU divulgó ayer su informe Construir un nuevo futuro: Una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad, y en él subraya que la crisis sanitaria golpea al mundo y a la región cuando ya mostraban graves problemas de bajo crecimiento, desigualdad y desequilibrios ambientales creados por un estilo de desarrollo insostenible. La polarización política, la rivalidad creciente, el conflicto y la pérdida de confianza en la democracia eran signos de estos problemas estructurales. La pandemia ha creado la necesidad de una acción urgente, y la recuperación propuesta va sobre un modelo donde se atiendan tres crisis estructurales de la región: la económica, dadas las tasas de crecimiento hasta ahora registradas; la social, debido a la persistencia de la desigualdad,y la ambiental, con casi un millón de especies en proceso de extinción.

La secretaria general de la Cepal, Alicia Bárcena, reconoce que la región se encuentra ante un cambio de época que entraña procesos de transformación estructural inciertos, largos y complejos, que revolucionan la base tecnológica, la manera de producir, distribuir, habitar, consumir, acumular, pensar y convivir; para enfrentarlo se requiere de un gran impulso para la sostenibilidad que articule políticas y coordine inversiones, y debe abarcar las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental.

Para nadie es un secreto que el modelo neoliberal abultó la desigualdad en el mundo, como lo advierte la Cepal, pues de acuerdo con su información en ese periodo el uno por ciento más rico de la población mundial aumentó sus ingresos de manera constante en la mayoría de los países y capturó 27 por ciento del crecimiento acumulado total, mientras 50 por ciento más pobre apenas obtuvo 12 por ciento. Esa inercia, sumada a la crisis derivada de la pandemia de Covid-19 y que evidencia una crisis del modelo de desarrollo, implicarán una década perdida para la región, dado que más allá de la caída de 9.1 por ciento en la actividad económica se verá una de 9.9 por ciento en el ingreso por habitante ( La Jornada, Dora Villanueva).

Bien, pero el problema es que año tras año los informes de los organismos internacionales y regionales se limitan a reseñar el abultado cuan creciente inventario de problemas, y nadie parece dispuesto a solucionarlos.

Las rebanadas del pastel

Escenarios: ¿el peor?, que no se tenga una vacuna segura hasta marzo de 2021; ¿el mejor?, que se tenga a finales de diciembre; ¿el deseado?, un programa nacional de vacunación (Marcelo Ebrard dixit).