Los mexicanos tendremos clave única de identidad hasta el tramo final de este sexenio, acorde con el plan y cronograma de la Secretaría de Gobernación (SG).

El proyecto anunciado en noviembre de 2014 por el presidente Enrique Peña Nieto, como parte del decálogo en materia de seguridad y justicia, se ha topado con la necesaria depuración de la base de datos del Registro Civil y del antecedente de este objetivo: la actual Clave Única del Registro de Población (CURP), que dio inicio en los 90.

Igualmente, esta administración recibió una base de datos desordenada, con la cual se generaron aproximadamente 1.7 millones de cédulas para menores.

En México hay 121 millones de habitantes, según cálculos oficiales, pero 180 millones de registros CURP y unos 140 millones de actas de nacimiento; ambos registros serían los cimientos de la prometida clave.

Humberto Roque Villanueva, subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la SG, dijo ayer que además de la depuración señalada, hace falta un mecanismo que interconecte todos los registros civiles del país.

Vamos muy bien; el paso que se ha dado (formato único para actas de nacimiento) es firme, pero la meta está lejana todavía porque también estamos depurando la CURP (...) No nos atrasamos, pero el programa del registro civil depende de convenios (con las entidades). Por ejemplo, en la Ciudad de México nos dijeron que no utilizarán el formato único hasta que se acaben el material que tienen ahora con el logotipo CDMX.

Otra parte del plan es lograr la interconexión de las instituciones con el mayor número de biométricos; por ejemplo, los datos en poder del Instituto Mexicano del Seguro Social, del Sistema de Administración Tributaria y la Plataforma México, esta última utilizada fundamentalmente en el ámbito de seguridad.

El derecho de los mexicanos a tener un mecanismo único de identidad está consignado en la Ley General de Población.