Xalapa, Ver.

El fin de semana en Veracruz terminó con al menos siete personas muertas, 10 heridas y un hombre secuestrado en una iglesia.

La madrugada de ayer en Xalapa tres sujetos armados entraron al centro nocturno La Madame, en la avenida Lázaro Cárdenas, entre Araucarias y La República, y desde la cabina de audio dispararon a una mesa. Mataron a cuatro personas e hirieron a 10.

Policías estatales y de la Fuerza Civil resguardaron el centro nocturno hasta que llegaron los servicios de emergencia.

Integrantes de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transgénero e intersexual se manifestaron ayer en la plaza Lerdo para exigir el esclarecimiento del ataque a La Madame, local frecuentado por minorías sexuales.

En Orizaba, aproximadamente a las 3:50 horas del domingo, policías irrumpieron en el centro nocturno Bulldog, se enfrentaron a supuestos criminales y murieron dos personas, una de ellas, Luis Alberto Carrera Rodríguez, alias El Negro, ha sido señalado por varios delitos.

La Fiscalía General del Estado informó que cuando ocurrió el enfrentamiento el centro nocturno ya estaba cerrado y el área perfectamente acordonada.

Reportes policiacos indicaron que en el municipio de Amatlán de los Reyes un joven murió acribillado a bordo de un auto en la carretera Córdoba-Potrero Nuevo. Además, señalan que se registró una balacera en el municipio de Cuitláhuac.

La mañana del sábado, en la iglesia Santa Rita del puerto de Veracruz, estaba por iniciarse una misa de confirmación que sería oficiada por el obispo Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, cuando sujetos armados irrumpieron para llevarse a una persona.

Minutos después el gobernador Javier Duarte de Ochoa confirmó en su cuenta de Twitter que el secuestrado es Agustín Ureña Estrada, presuntamente vinculado con la delincuencia organizada.

La arquidiócesis de Xalapa cuestionó en un comunicado: ¿De qué sirven tantos halagos a supuestos logros en seguridad, si no se puede garantizar la tranquilidad de las familias en sus hogares, la calle, sus trabajos o sus lugares de encuentro con los demás, como puede ser un espacio religioso? Todo esto sólo confirma lo que se ha venido denunciando muchas veces: las estrategias de seguridad no están funcionando debidamente; se necesita evaluar y hacer los cambios que la realidad impone. No hay que darle más largas.