Sábado 9 de julio de 2011, p. 4
El fallecimiento del filósofo Adolfo Sánchez Vázquez provocó conmoción en el medio intelectual, en instituciones culturales y en el seno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El Fondo de Cultura Económica (FCE) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes lamentaron la muerte de uno de los filósofos más importantes del siglo XX
, como definió Stefan Gandler al maestro Sánchez Vázquez.
La Secretaría de Cultura del Distrito Federal afirmó que el deceso es una pérdida irreparable para el pensamiento universal, la filosofía y la estética
.
A continuación las opiniones de escritores, académicos, investigadores y amigos de Sánchez Vázquez:
Luis Villoro, filósofo e investigador emérito de la UNAM: “Es un ejemplo de lo mejor que tuvo el exilio español en México. Siempre fue un hombre en favor de los mejores ideales, pero también de libertad en la cátedra.
“Fue representante de un tipo de marxismo libertario. Estuvo en contra de toda dictadura. Siempre estuvo en contra de la dictadura franquista. Estuvo mucho tiempo en México, dio clases en la UNAM. Nunca quiso regresar a España hasta que acabara el franquismo y hubiera una democracia real.
“Fue un distinguido profesor. Habló en la cátedra y escribió muchas obras; todas ellas van a perdurar, tiene muchas con esta dirección de un marxismo libertario.
Su ausencia es totalmente irremplazable. En toda su vida fue un hombre coherente y mantuvo un sentido moral muy alto.
José María Pérez Gay, escritor, traductor y filósofo: “Sin duda fue un hombre muy inteligente que logró hacer del marxismo una filosofía. Me formé con él y sobre todo con un amigo que se había formado con él, Bolívar Echeverría, quien ya falleció. Bolívar fue un hombre muy apegado a Sánchez Vázquez. Gracias a él tradujo unos manuscritos filosóficos de Marx. Bolívar me enseñó a apreciar al maestro Sánchez Vázquez, cuyo legado es inmenso.
El maestro fue un hombre que nunca quiso degradar a España. Fue un gran humanista. Sus cursos se repetían todos los años y siempre eran nuevos. Tuve la oportunidad de escucharlo dos o tres veces y era un persona de una gran apertura y generosidad de pensamientos e ideas.
Pablo González Casanova, ex rector de la UNAM: Fue un gran maestro y gran filósofo. Mantuvo siempre un pensamiento crítico y una firmeza moral. Fue un gran universitario y luchó como los mejores universitarios de América Latina y España
por la defensa de la universidad nacional y su autonomía.
Federico Álvarez, filósofo y editor: “Es una de las grandes figuras de la filosofía y del humanismo. Junto con Joaquín Xirau y Eduardo Nicol está Sánchez Vázquez, quien fue un gran maestro, un excelente colega, que educó generaciones enteras de estudiantes.
“En su trayectoría académica cuenta con 30 libros. Tres o cuatro son grandes obras que pervivirán en las escuelas y en el interés de la filosofía política de nuestro tiempo. Hay semillas fabulosas, fascinantes en toda su obra.
“En cierto sentido, con él se va un poco el tiempo de ayer. Su mérito fundamental fue haber quitado al marxismo todas las excrecencias dogmáticas y ortodoxas que se le habían colgado, para convertir al marxismo en una concepción del mundo todavía posible, enriquecedora, con la esperanza, como siempre decía él, de que el socialismo sigue siendo posible.
“Llegó a México en el famoso barco Sinaia, donde llegaron muchos grandes intelectuales del exilio español que ya murieron. Siempre tuvo una oposición crítica. Abandonó todas las posiciones dogmáticas en el seno del Partido Comunista de España, y desde entonces se dedicó enteramente a la universidad. Fue fruto de aquel conflicto que movió todo el terreno ideológico político de la izquierda española.
“Un poco desesperanzado, entró a la universidad a ser un profesor emblemático de la teoría política y del marxismo. Fui su alumno y era un gran profesor. Perteneció a una generación como la de (José) Gaos y Nicol. Todos muy buenos expositores.
En el conflicto estudiantil de 1968, estuvo en el comité de los profesores. Siempre nos ha dado ese ejemplo de estar junto a los alumnos, junto a las fuerzas populares de México.
Jorge Juanes, filósofo: “Para mí fue una suerte y tuvo mucha relevancia en los inicios de mi vida como pensador haber conocido al maestro Sánchez Vázquez y asistido a sus cursos, sobre todo tomando en cuenta que estaba haciendo una lectura innovadora del marxismo que salía de todos los clichés y códigos que propalaba a diestra y siniestra el marxismo estalinista. Sánchez Vázquez, haciendo un gran esfuerzo, logró salvarse de esos dogmas y emprender la aventura personal con todos los riesgos y descalificaciones que implicaba y lanzarse a una experiencia de lectura abierta de Marx que recuperara realmente la dimensión filosófica profunda y compleja del pensamiento marxista, que estaba reducido a una serie de fórmulas que simplemente tenían una función ideológica.
“Para mi generación, para todos aquellos que asistíamos con Sánchez Vázquez, fue una descarga de electricidad teórica poder asistir y ver el nacimiento en México de una posición teórica de una lectura de Marx, la cual en ese momento diría que era de las más relevantes.
“También fueron importantes sus aportaciones al mundo del arte y de la estética para tratar de forjar una estética marxista y abierta, que precisamente era un hasta aquí a todos los dogmatismos y descalificaciones que se habían dado en el mundo socialista contra el arte moderno y de vanguardia y contra todo el arte propositivo que fue el que animó y permitió la aventura del arte contemporáneo.
No hay que olvidar que aparte de filósofo era poeta y que tenía una especial sensibilidad para el arte. Se acercó también y compartió mucho de la aventura de las vanguardias artísticas. No olvidemos que en sus ideas estéticas de Marx, por ejemplo, uno de los capítulos está dedicado a Kafka, lo cual es muy importante porque Kafka era como un punto de referencia en el debate marxista: Kafka o no Kafka. Siento que sí fue un revulsivo y mucha de la gente de mi generación y de las generaciones posteriores tuvieron ese privilegio de seguir a un pensador vivo que no tenía miedo al riesgo y a la aventura de pensar. Es un golpe fuerte. Sin duda es una pérdida irreparable.
Ramón Xirau, filósofo y poeta: Estuvimos juntos en la universidad en filosofía. Él hacía estética y yo no. Su estética era muy apegada al marxismo. Fuimos muy amigos. Sería justo que una parte de la UNAM se le dedique. Lamento mucho la muerte de Adolfo
.
Gabriel Vargas Lozano, filósofo: “Estuve muy vinculado a él. Por ejemplo, lo acompañé al primer doctorado honoris causa que le dieron en Cádiz, España, en su tierra. Sin embargo, aún no han saldado en España la deuda con sus exiliados. Fueron muchos sus aportes teóricos.
La lectura de sus reflexiones sobre ética y política hace mucha falta a la clase política mexicana actual. La política sin fundamentos éticos es puro pragmatismo, que hoy es moneda corriente de todos los políticos. La ética es la base de una política efectiva. Él también vio con mucho interés el movimiento zapatista, como una reivindicación del movimiento indígena. Consideraba que la democracia no puede existir sin el socialismo, y viceversa. Hoy se pretende un simulacro de democracia sin un beneficio social, sino un beneficio de poder. Su posición era muy gramsciana: pesimismo de la inteligencia (porque hay que ver las cosas como están) y optimismo de la voluntad (es decir, necesitamos ir adelante, salir de este atolladero, de esta crisis). Él fue un ejemplo de honestidad intelectual.
Gloria Villegas, directora de la FFL de la UNAM: Él se volcó plenamente hacia México y decía que tenía dos raíces: España y México, y esas raíces hicieron florecer un pensamiento extraordinariamente valioso. Su pensamiento marcó de manera muy notable el desarrollo de las humanidades en nuestra universidad. Hay seguidores y estudiosos de su pensamiento, como Gabriel Vargas, Juliana González, José Antonio Matesanz y Federico Álvarez. Era un hombre contrario a cualquier dogma. Se renovaba continuamente. Con una gran solidez y rigor académico, sus planteamientos son impecables. Tiene muchos discípulos e infinidad de lectores en México y todos los países de habla hispana. Hace unos días fueron inauguradas nuevas instalaciones de la facultad, que orgullosamente llevan su nombre, como una forma de tenerlo siempre presente y vivo en nuestras aulas
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Alfredo López Austin, historiador e investigador emérito de la UNAM: “Es uno de los hombres más valiosos, más sabios y más honestos que he conocido en toda mi vida. Le debemos mucho por sus enseñanzas filosóficas, tanto en sentido general como en particular en el campo de la ética y en la estética. Se distinguió no sólo por ser un sabio, sino por ser un luchador social como muy pocos existen en México, porque su acción derivaba de una profunda solidez teórica.
“Lo admiro como defensor de la universidad y de su autonomía. Fue una increíble voz para la defensa de la autonomía.
A pesar de que tenía una temporada, no muy larga, prácticamente retirado, queda toda su obra, que sigue siendo válida, actual y esperanzadora para los que seguimos pensando que el marxismo es la base de una verdadera transformación.
Joaquín Diez-Canedo, director del FCE: “Fue un pensador muy importante, tanto en su discurso filosófico como académico, y desde luego su defensa de la vía de izquierda, el materialismo histórico como base de la filosofía.
La suya es una obra trascendental. ¿Publicar sus obras completas? Habría que pensarlo, porque el pensamiento marxista ha tenido un cambio importante, del que Sánchez Vázquez fue todavía parte importante, pero hay que ver qué de ese material tiene vigencia, más allá de un valor documental.
Enrique Fernández Fassnacht, rector de la UAM: “Es uno de los pensadores iberoamericanos más importantes del siglo XX. Lo conocí poco, pero sé del gran aprecio que tenían por él sus alumnos. Fue refugiado español que de hecho se hace en México. Ha producido una larga obra en la que generaciones de jóvenes han estudiado y que lo seguirán haciendo.
Su partida nos deja sin un gran pensador, con una visión clara en la construcción de una visión más abierta, renovadora y no dogmática del marxismo. Es, sin duda, una pérdida muy grande para la academia.
Jaime Labastida, filósofo y director de Siglo XXI Editores: “El rigor de su pensamiento fue un verdadero ejemplo en nuestro país. Es un verdadero paradigma lo que hizo. Siglo XXI editó varios libros de él, y si sus deudos quieren continuar con esa obra, yo la publicaría con muchísimo gusto. Respecto de nuevos títulos, estamos abiertos a recibir las ofertas que hagan sus deudos.
Néstor García Canclini, antropólogo: Siempre aprecié su apertura intelectual y capacidad de repensar el marxismo. En buena medida esa flexibilidad y creatividad intelectual tenía que ver con el interés de Sánchez Vázquez por la estética y las artes. El propio material artístico impone la necesidad de un pensamiento versátil. Él tenía un conocimiento muy amplio de muchas corrientes y filosofías contemporáneas, no sólo de marxismo, y mantenía un diálogo permanente con ellas. Eso le dio una capacidad de comprensión muy amplia.