Las cifras ponen en riesgo la campaña de relección del presidente Barack Obama
Miserable, alarmante y pésimo, adjetivos empleados por analistas ante el informe de junio
Sábado 9 de julio de 2011, p. 31
Nueva York, 8 de julio. El desempleo se incrementó en Estados Unidos nutriendo temores de un estancamiento económico y hasta de una segunda recesión y golpeando la fortuna política del presidente Barack Obama en el arranque de su campaña de relección en 2012.
Los números oficiales sobre empleo emitidos hoy por el Departamento de Trabajo sorprendieron a la Casa Blanca, inversionistas y economistas al ser los peores en los pasados nueve meses, y generar serias dudas sobre la recuperación económica de Estados Unidos.
Sólo 18 mil empleos fueron creados en junio –el número más bajo en 9 meses– y los expertos pronosticaban que esa cifra sería de entre 90 y 110 mil. Con ello, la tasa de desempleo oficial se incrementó de 9.1 por ciento a 9.2 por ciento. Así, dos años después del fin oficial de la recesión económica, aun no se han logrado reducir de manera significativa los altos niveles de desempleo y sólo se ha logrado recuperar una fracción (aproximadamente un millón) de los 8 millones de empleos que se esfumaron en la crisis.
Para Obama, el problema del desempleo podría determinar su relección; la economía será el tema central y las tendencias, si siguen igual, anularán su argumento de que ha logrado rescatar al país de la peor crisis económica desde la Gran Depresión. De hecho, ningún presidente desde la Segunda Guerra Mundial ha logrado su relección con una tasa de desempleo mayor de 8 por ciento, reporta el Washington Post, agregando que los economistas de la Casa Blanca calculan que estará a ese nivel para las fechas de la elección en noviembre de 2012.
Obama reconoció que el informe de empleo de hoy confirma lo que la mayoría de estadunidenses saben: aún tenemos un largo camino y mucho trabajo que hacer para darle a la gente la seguridad y la oportunidad que merecen
.
Para los aspirantes republicanos a la presidencia, la noticia sirvió para lo que será su consigna electoral. Tal como comentó hoy Mitt Romney, líder (por ahora) en las preferencias entre los candidatos presidenciales republicanos, el abismal informe de hoy de empleo confirma lo que todos sabemos, que el presidente Obama ha fracasado en lograr que esta economía arranque de nuevo
.
El informe mensual del Departamento del Trabajo indica que 14.1 millones de trabajadores estaban desempleados en junio (comparado con 13.9 millones en mayo). De éstos, mas de 6 millones han estado desempleados por más de seis meses –un nivel récord. Este minúsculo incremento en empleo fue resultado de contrataciones en el sector privado, y gran parte de las pérdidas de empleo fueron en el sector público.
Como resultado de la crisis económica los gobiernos (federal, estatal y municipal) han enfrentado problemas deficitarios en sus presupuestos, y en junio se reportó una reducción de 39 mil empleos en el sector público; en mayo fueron 30 mil. Junio fue el octavo mes consecutivo en que se registró una reducción de empleos en el sector público.
Si se incluye al subempleo, hoy unos 25 millones de estadunidenses padecen falta de empleo o empleos de menor remuneración o tiempo de lo que necesitan. La economía debe generar más de 200 mil empleos al mes para mantenerse a la par con el crecimiento de la población. Los 18 mil empleos generados en junio son por tanto un monto casi insignificante.
Miserable, horrendo, alarmante, pésimo
y otros adjetivos fueron empleados por analistas al evaluar las cifras reveladas hoy, lo cual desinfló toda expectativa de que estaba en marcha una recuperación lenta pero sólida de la economía. Algunos advirtieron que podría indicar que la economía está al borde de una segunda recesión, y otros señalaron que confirma un estancamiento que requiere de mayor intervención gubernamental.
En Washington, la gran disputa es justo sobre qué tipo de intervención. El tema central entre los líderes de ambos partidos no es el empleo, sino el déficit del presupuesto. Obama y el liderazgo republicano del Congreso negocian intensamente un acuerdo para reducir el déficit por entre 3 y 4 billones en los próximos 10 años. Tanto Obama como los republicanos han llegado a un consenso de que el déficit es el tema fundamental, y la disputa es sobre los mecanismos necesarios para reducirlo –qué combinación de recortes a programas sociales como el Seguro Social junto con fórmulas para incrementar el ingreso a las arcas públicas, incluyendo impuestos.
Pero para los críticos este enfoque es justo el problema. El economista Paul Krugman, Premio Nobel y columnista del New York Times, insistió una vez más en que se requiere mayor estímulo económico, no reducciones del gasto, en esta etapa de crisis, y advierte que intentar balancear el presupuesto en tiempos de peligro económico es una receta para profundizar el desplome
.
Subrayó que recortes en el gasto público en este momento reducirán el crecimiento e incrementará el desempleo
. Criticó a Obama por afirmar que la reducción del déficit impulsaría el crecimiento económico, algo que Krugman comparó con las premisas del presidente Herbert Hoover, quien enfrentó la Gran Depresión.
Mientras debaten el problema en Washington, no pocos en el país empiezan a desear que varios de estos políticos sean los próximos desempleados sumados a las cifras oficiales.