Pachuca, Hgo., 4 de julio. Por el físico, parecía un partido entre los de sexto y los de tercero. Y los pequeños salían rebotados en la mayor parte de las acciones y hasta sobándose algún golpe. Sin embargo, los mexicanos no sólo pelearon cada pelota, sino que jugaron con clase, y en forma convincente se impusieron 2-1 a Francia, con lo que consiguieron un emotivo pase a semifinales del Mundial Sub-17 México 2011, donde enfrentarán a otra potencia europea: Alemania.

El Tri ganó con la fórmula de un batallador Carlos Fierro al ataque, Antonio Briseño con seguridad en la defensa y el portero Richard Sánchez con lances salvadores. Pero sobre todo se impuso con sacrificio, juego de equipo y esta vez su triunfo fue inapelable, sin los claroscuros de partidos pasados.

Los jóvenes jugaron a lo grande, con goles de Kevin Escamilla y Fierro dieron sin duda su mejor partido de esta competencia. Por eso, con el silbatazo final, el público se levantó, alzó los brazos y festejó con un auténtico rugido que coronó la noche fría en el estadio Hidalgo, que estuvo lleno.

Apoyo del público

Desde el principio el público empezó a hacer su labor: abucheos al rival, aplausos al Tri y presión al árbitro en cada jugada.

Pero también desde el inicio el francés Yassine Benzia se mostró como el más peligroso de su escuadra, primero en el cobro de un tiro libre que pasó cerca de la portería y luego al aprovechar un desconcierto defensivo, pero el guardameta Richard Sánchez detuvo el disparo.

El Tri intentaba tocar a ras de pasto, mientras el público empezó a formar la ola. De pronto, México dio el primer golpe. En un balonazo al área, el defensa Kurt Zouma se resbaló, lo que aprovechó Fierro para un centro retrasado que llegó hasta la línea del área, donde Kevin Escamilla logró el 1-0 con tiro rasante. El estadio explotó, pero la alegría apenas duró tres minutos.

En un veloz desborde por la derecha, el defensa Jordan Ikoko aprovechó un doble error defensivo. Jorge Caballero se barrió de forma precipitada, el francés entró al área y sacó un tiro a primer palo que no llevaba mucha fuerza, pero el guardameta se quiso anticipar al tenderse para cortar un centro y el balón le pasó sobre las piernas, para el 1-1 en el marcador y silencio sepulcral en las gradas.

El juego podía irse para cualquier lado, sin claro dominador.

Fierro tuvo inmejorable oportunidad al controlar el balón con el pecho en el área, pero se tardó en disparar y fue desarmado, después Sebastien Haller iba a fusilar al portero, pero el capitán Antonio Briseño lo evitó con oportuna barrida.

Los franceses seguían cargando en cada jugada, mientras los mexicanos perdían el toque que habían mostrado los primeros minutos y por lesión salió el delantero Marco Bueno. Lo suplió Marcelo Gracia, quien tardó en adentrarse al ritmo del juego, mientras Fierro tenía que bajar hasta media cancha para tratar de armas ataques.

Después predominó la marca y lo único rescatable fue un tiro lejano de Jorge Espericueta, que pasó cerca del larguero.

La esperanza resurgió apenas al iniciar el complemento. Fierro ratificó su olfato goleador: ingresó a velocidad por la izquierda, se llevó fácilmente a Jordan Vercleyen y al entrar al área tocó con clase a la izquierda del arquero Lionnel Mpasi Nzau para el 2-1.

Fierro siguió en su gran noche y Raphael Calvet tuvo que detenerlo con empellón que ameritaba amarilla, pero el árbitro Ali Albadwawi empezó a tolerar el juego rudo de los europeos.

Después, el técnico Raúl Gutiérrez ingresó a su creativo Arturo González, quien de inmediato empezó a dar claridad ofensiva. Salió Giovani Casillas, a quien le sienta mejor entrar de relevo.

El Tri empezó a mostrar su juego de toque y los aficionados se levantaron de su asiento al minuto 66 en un cabezazo de Fierro que se estrelló en el travesaño.

Los franceses parecieron resentir la altura, aunque se mostraban peligrosos en los balonazos largos. En uno de ellos, Gaetan Laborde llegó pleno por derecha, pero mandó su tiro a la red posterior.

Fierro siguió siendo una pesadilla para los galos y al minuto 75 mandó un tiro de los llamados de tres dedos, que pasó muy cerca del poste izquierdo.

Richard Sánchez se ganó con creces los gritos de portero-portero tres minutos después, con sensacional atajada a una mano en tiro que iba al ángulo superior izquierdo.

Al final, Potro Gutiérrez se mostró sereno ante el hecho de que por primera vez un equipo mexicano en mundiales logra cinco triunfos al hilo, y consideró que la clasificación es un paso muy importante, pero lo que soñamos es estar el 10 de julio en el Azteca y ganar la final.

Gutiérrez explicó el porqué sus pupilos se impusieron a otros de mayor talla. Estos jugadores tuvieron de 30 a 40 partidos internacionales y ese roce les permitió darse cuenta de que nada más hay un balón y el que lo controle tiene más posibilidades de ganar, además de que tienen gran mentalidad y buen espíritu colectivo.

Consideró que fue una victoria muy merecida y los jugadores demostraron que están para grandes cosas ante un rival muy complicado, que compitió todo el encuentro.

Se mostró sereno ante el siguiente partido, porque Alemania tiene un buen aparato ofensivo, pero también tiene detalles defensivos y los podemos sorprender. Será un encuentro duro, pero sólo hay un balón y hay que jugarlo.