Incriminan a detenidos por los asesinatos
Domingo 3 de julio de 2011, p. 17
Ciudad Juárez, Chih., 2 de julio. El agente del Ministerio Público terminó de presentar pruebas en el juicio oral contra los cuatro acusados de matar a 16 personas y lesionar a nueve más el 30 de enero de 2010 en la colonia Villas de Salvárcar de esta localidad fronteriza.
A partir del lunes, los defensores de oficio presentarán pruebas y testimonios en descargo de los presuntos miembros del grupo La Línea, del cártel de Juárez, que dijeron cometer el crimen al creer que las víctimas trabajaban para el grupo Gente Nueva y la pandilla Los Doblados, afines al cártel de Joaquín El Chapo Guzmán.
Los acusados son Juan Alfredo Soto Arias, El Arnold; José Dolores Arroyo Chavarría, Heriberto Martínez y el ex policía municipal Aldo Flavio Hernández Lozano; además de Israel Arzate Meléndez, quien obtuvo amparo al acreditar que fue torturado por militares desde el momento de su arresto.
En la sesión de anoche una testigo dijo que se salvó de morir en el ataque porque un amigo, que también resultó herido, se dejó caer sobre ella y la protegió con su cuerpo. Ella misma reconoció la voz de El Arnold como el que les ordenó tirarse al piso y dispararles, y al quedar herida perdió el conocimiento.
Antes, relató, llegaron los hombres armados y nos empujaron con los rifles para meternos a la casa donde era la fiesta; empezaron a disparar y sacaron a algunas mujeres, pero cuando yo quise salir no me dejaron
.
La juez Catalina Ruiz Pacheco, titular del Tribunal Oral de tres miembros, dio por terminada la novena sesión del juicio y se disculpó ante los concurrentes por los contratiempos que causaron interminables fallas del sistema de cómputo.
Durante el sumario se transmitieron videos en los cuales los detenidos confiesan su participación, entre ellos, el ex policía Hernández Lozano, quien se desempeñó como halcón y dice que tras el ataque la banda recibió la orden de retirarse a otro fraccionamiento; posteriormente a sus casas, y tres días después la de quemar la ropa que cada uno había llevado.
El acusado dijo que recibió un pago de 2 mil pesos por intervenir en la misión que consistía en matar un grupo de jóvenes en una “fiesta de doblados”, pero luego él y sus cómplices debieron entregar sus radios y teléfonos al Arnold porque la situación se había calentado
, y días después fue detenido cuando intentaba huir.