Domingo 26 de junio de 2011, p. 3
Nueva York, 25 junio. Bailaron en las calles de Greenwich Village, en Manhattan, para celebrar la noticia de que Nueva York se convirtió en el sexto y más grande de los estados en legalizar los matrimonios entre homosexuales.
El senado estatal, después de un intenso debate y negociaciones para lograr el margen necesario –cuyo resultado no estaba asegurado hasta los últimos momentos–, aprobó la legislación que establece el matrimonio gay, por 33 votos contra 29 (la cámara baja ya había aprobado la medida).
Casi de inmediato, al filo de la medianoche del viernes, el nuevo gobernador demócrata, Andrew Cuomo, la promulgó, por lo cual entrará en vigor en 30 días. Cuando eso suceda, se duplicará la población que vive en lugares donde existe ese derecho: serán seis estados y Washington DC donde se habrán legalizado los enlaces entre personas del mismo sexo.
Al anunciarse la decisión desde la capital estatal, Albany, se armó un gran festejo en el Village en Nueva York, centrado en Sheridan Square, frente al simbólico Stonewall Inn, donde hace más de 40 años (en junio de 1969) nació el movimiento pro derechos gay.
En bares y establecimientos vecinos, repletos durante la noche, con toda la atención en la legislatura estatal, comenzaron los gritos y las lágrimas de felicidad; los abrazos y finalmente el baile en las calles para celebrar el triunfo.
Esa victoria no sólo es significativa por ser Nueva York ahora el estado más grande en legalizar de los matrimonios entre homosexuales, sino que fue alcanzada después de una serie de reveses recientes para este tipo de iniciativas en otros estados, como el hecho de que hace sólo dos años fue derrotada aquí mismo (y eso cuando los demócratas tenían la mayoría en el senado estatal, que ahora está bajo control republicano).
Por cierto, pocos consideraban que sería posible en esta coyuntura. Pero con una campaña agresiva encabezada por Cuomo, quien decidió hacer de este tema una de sus prioridades al asumir el cargo este año, una nueva unidad de organizaciones gay impuesta por el gobernador como condición para lograr este triunfo y el millonario apoyo financiero tanto de figuras ricas de la comunidad homosexual como de financieros de Wall Street, incluidos algunos republicanos, se logró el resultado deseado.
Operadores de Cuomo coordinaron una nueva coalición y supervisaron una campaña publicitaria de unos 3 millones de dólares en medios electrónicos y la prensa, reportó el New York Times. Figuras públicas reconocidas, entre ellas algunos republicanos, fueron los encargados de trasmitir el mensaje de que con todo esto se trataba de otorgar y reconocer un derecho básico para todo ciudadano.
Entre negociaciones políticas, presión pública (encuestas recientes registraron que, a diferencia de hace dos años, una mayoría de la población estatal favorecía el matrimonio entre homosexuales) y millones de dólares en publicidad, el objetivo se logró el viernes por la noche.
Por supuesto, la Iglesia católica repudió el resultado. Los obispos del estado emitieron un comunicado declarando que la aprobación de la ley para alterar de manera radical y para siempre el entender de la humanidad del matrimonio nos deja profundamente desilusionados y preocupados
.
Por casualidad, la aprobación de la ley sucedió justo antes del fin de semana dedicado al orgullo gay
, el cual culmina con el famoso desfile por la Quinta Avenida y desemboca en el West Village este domingo. La fiesta promete ser más alegre que nunca.