o por brutal, torpe y esperada dejó de indignar la noticia de que una jueza yanki del Distrito Sur de la Florida, denegó a René González, héroe antiterrorista cubano, después de cumplir la sentencia injusta que le impusieron, el derecho a regresar al seno de su familia en Cuba.
Luego de 13 años de cruel e inmerecida prisión, el gobierno de Estados Unidos —que engendró monstruos como Posada Carriles y Orlando Bosch, quienes como agentes de la Central de Inteligencia yanki hicieron estallar en pleno vuelo un avión cubano repleto de pasajeros— obliga a René a permanecer en esa nación, donde quedará a merced de asesinos impunes durante tres largos años bajo un calificado régimen de libertad
supervisada. En prisión injusta y vengativa continuarán por largos años de confinamiento otros tres héroes cubanos, y uno más condenado a prisión perpetua por dos veces. Así responde el imperio al creciente reclamo mundial por la libertad de los mismos.
Si así no fuera, el imperio dejaría de ser imperio; y Obama, dejaría de ser tonto.
No estarán, sin embargo, allí eternamente los héroes cubanos. Sobre los cimientos de insuperable ejemplo de dignidad y firmeza crecerá la solidaridad en el mundo y en el seno del propio pueblo norteamericano, que pondrá fin a la estúpida e insostenible injusticia.
La torpe decisión tiene lugar cuando en la Asamblea General de Naciones Unidas se desarrolla un profundo debate sobre la necesidad de refundar esa institución. Jamás se escucharon críticas tan sólidas y enérgicas.
El líder bolivariano Hugo Chávez lo abrió con el primer mensaje a la Asamblea publicado la noche del 21 de septiembre. La segunda carta de Chávez, transmitida en tono enérgico y vibrante por el canciller Nicolás Maduro fue lapidaria. En ese mensaje también denunció el criminal bloqueo imperialista contra nuestra Patria y la bochornosa y cruel venganza contra los 5 Héroes antiterroristas cubanos.
Tales circunstancias me obligaron a escribir una tercera Reflexión. Trasmitiré las ideas esenciales del contundente mensaje, utilizando las propias palabras del autor:
“[…] No buscamos la paz de los cementerios, como decía Kant con ironía, sino una paz asentada en el más celoso respeto al derecho internacional. Lamentablemente, la ONU, a lo largo de toda su historia, en lugar de sumar y multiplicar esfuerzos por la paz entre las Naciones, termina avalando –unas veces, por acción y, otras, por omisión- las más despiadadas injusticias.”
Desde 1945 para acá, las guerras no han hecho sino crecer y multiplicarse inexorablemente.
“Quiero hacer un llamado a la reflexión a los gobiernos del mundo: desde el 11 de septiembre de 2001, comenzó una nueva guerra imperialista que no tiene precedentes históricos: una guerra permanente, a perpetuidad.
“Debemos mirar de frente la aterradora realidad del mundo en que vivimos. […] ¿por qué Estados Unidos es el único país que siembra el planeta con bases militares?; ¿a qué le teme para tener tan escalofriante presupuesto destinado a aumentar cada vez más su poderío militar?; ¿por qué ha desencadenado tantas guerras, violando la soberanía de otras naciones que tienen los mismos derechos sobre sus destinos?; ¿cómo hacer valer el derecho internacional contra su insensata aspiración de hegemonizar militarmente al mundo en garantía de fuentes energéticas para sostener su modelo depredador y consumista?; ¿por qué la ONU no hace nada para detener a Washington? […] el imperio se ha adjudicado el papel de juez del mundo, sin que nadie le haya otorgado tal responsabilidad […] por tanto, la guerra imperialista nos amenaza a todos.
“Washington sabe que el mundo multipolar es ya una realidad irreversible. Su estrategia consiste en detener, a toda costa, el ascenso sostenido de un conjunto de países emergentes […] se trata de una reconfiguración del mundo que se sustenta en la hegemonía militar yanqui.”
“¿Qué hay en el trasfondo de este nuevo Armageddon?: el poder omnímodo de la cúpula militar-financiera que está destruyendo al mundo para acumular cada vez más ganancias; la cúpula militar-financiera que está subordinando, de facto, a un conjunto, cada vez más grande, de Estados. Téngase en cuenta que el modo de existir del capital financiero es la guerra: la guerra que arruina a los más, enriquece, hasta lo impensable, a unos pocos.
En lo inmediato existe una gravísima amenaza para la paz mundial: el desencadenamiento de un nuevo ciclo de guerras coloniales, que comenzó en Libia, con el siniestro objetivo de darle un segundo aire al sistema-mundo capitalista, hoy en crisis estructural, pero sin ponerle ninguna clase de límites a su voracidad consumista y destructiva.
“La humanidad está al borde de una catástrofe inimaginable: el planeta marcha inexorablemente hacia el más devastador ecocidio; el calentamiento global lo anuncia, a través de sus pavorosas consecuencias, pero la ideología de los Cortés y los Pizarro respecto del ecosistema, como bien dice el notable pensador francés Edgar Morin […] La crisis energética y la crisis alimentaria se agudizan, pero el capitalismo sigue traspasando impunemente todos los límites.”
“…el gran científico estadounidense Linus Pauling, galardonado en dos ocasiones con el Premio Nobel, nos sigue iluminando el camino: Creo que existe en el mundo un poder mayor que el poder negativo de la fuerza militar y de las bombas nucleares: el poder del bien, de la moralidad, del humanitarismo. Creo en el poder del espíritu humano. Movilicemos, entonces, todo el poder del espíritu humano: es tiempo ya. Se impone desatar una gran contraofensiva política para impedir que los poderes de las tinieblas encuentren justificaciones para ir a la guerra: para desatar la guerra global generalizada con la que pretenden salvar al capital de Occidente.”
“Hay que derrotar políticamente a los guerreristas y, más aún, a la cúpula militar-financiera que los auspicia y manda.
Construyamos el equilibrio del universo que avizorara el Libertador Simón Bolívar: el equilibrio que, según sus palabras, no puede hallarse en el seno de la guerra; el equilibrio que nace de la paz.
“…Venezuela, junto a los países miembros de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), estuvo abogando activamente por una solución pacífica y negociada al conflicto libio. Así lo hizo, también, la Unión Africana. Pero, a la postre, se impuso la lógica bélica decretada desde el Consejo de Seguridad de la ONU y puesta en práctica por la OTAN, ese brazo armado del imperio yanqui. […] el caso Libia
fue llevado al Consejo de Seguridad sobre la base de la intensa propaganda de medios de comunicación, que mintieron al afirmar que la aviación libia bombardeaba a civiles inocentes, por no mencionar la grotesca escenificación mediática en la Plaza Verde de Trípoli. Esta campaña premeditada de mentiras, justificó medidas apresuradas e irresponsables del Consejo de Seguridad de la ONU, que abrieron el camino para que la OTAN implementara, por la vía militar, su política de cambio de régimen en ese país.”
“…¿en qué se ha convertido la zona de exclusión aérea establecida por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad? ¿Acaso las más de 20.000 misiones aéreas de la OTAN contra Libia, muchas de ellas con el fin de bombardear al pueblo libio, no son la negación misma de esa Zona de Exclusión? Aniquilada completamente la fuerza aérea libia, la continuidad de los bombardeos humanitarios
demuestra que Occidente, a través de la OTAN, impone sus intereses en el Norte de África, convirtiendo a Libia en un protectorado colonial.”
¿Cuál es el motivo real de esta intervención militar?: recolonizar a Libia para apoderarse de sus riquezas. Todo lo demás se subordina a este objetivo.
“…la Residencia de nuestro Embajador en Trípoli fue invadida y saqueada, pero la ONU hizo mutis por el foro, guardando un silencio ignominioso.”
“…¿Por qué se le concede el escaño de Libia en la ONU al autodenominado Consejo Nacional de Transición
, mientras se bloquea el ingreso de Palestina, desconociendo, no sólo su legítima aspiración, sino lo que es ya voluntad mayoritaria de la Asamblea General? Venezuela ratifica aquí, con todas sus fuerzas y con la autoridad moral que otorga la voluntad mayoritaria de los pueblos del mundo, su solidaridad incondicional con el pueblo palestino y su apoyo irrestricto a la causa nacional palestina, incluyendo desde luego la admisión inmediata de un Estado palestino de pleno derecho en el seno de la Organización de las Naciones Unidas.
Y el mismo formato imperialista se está repitiendo en el caso de Siria.
Es intolerable que los poderosos de este mundo pretendan arrogarse el derecho de ordenar a gobernantes legítimos y soberanos que renuncien en lo inmediato. Así sucedió con Libia, de igual forma quieren proceder contra Siria. Tales son las asimetrías existentes en el escenario internacional y tales son los atropellos contra las Naciones independientes.
Dirijamos nuestra atención ahora al Cuerno de África y tendremos un ejemplo desgarrador del fracaso histórico de la ONU: la mayoría de agencias de noticias serias sostienen que entre 20 mil y 29 mil niños menores de 5 años han muerto en los últimos tres meses.
“Lo que se necesita para hacer frente a esta situación son un mil 400 millones de dólares, no para solucionar el problema, sino para atender la emergencia en que se encuentran Somalia, Kenia, Djibouti y Etiopía. Según todas las informaciones los próximos dos meses serán decisivos para evitar la muerte de más de 12 millones de personas y la situación más grave es la de Somalia.
No puede ser más atroz esta realidad, si al mismo tiempo no nos preguntamos cuánto se está gastando en destruir a Libia. Así responde el congresista estadounidense Dennis Kucinich: Esta nueva Guerra nos costará 500 millones de dólares solo durante la primera semana. Claro está que no tenemos recursos financieros para eso y acabaremos reduciendo la financiación de otros importantes programas domésticos. Según el mismo Kucinich, con lo gastado en las tres primeras semanas al norte del continente africano, para masacrar al pueblo libio, en mucho se podría haber ayudado a toda la región del Cuerno de África, salvando decenas de miles de vidas.
“…es francamente lamentable que en el mensaje de apertura de la 66 Asamblea General de la ONU no se llamó a la acción inmediata para solucionar la crisis humanitaria que padece el Cuerno de África, mientras se asegura que ha llegado el momento de actuar
sobre Siria.”
“Clamamos, igualmente, por el fin del vergonzoso y criminal bloqueo a la hermana República de Cuba: bloqueo que, desde hace más de cincuenta años, ejerce el imperio, con crueldad y sevicia, contra el heroico pueblo de José Martí.
“Hasta 2010, ya van diecinueve votaciones en la Asamblea General de la ONU que confirman la voluntad universal de exigirle a los Estados Unidos que cese el bloqueo económico y comercial contra Cuba. Agotados todos los argumentos de la sensatez internacional, sólo resta creer que tal ensañamiento contra la Revolución Cubana es consecuencia de la soberbia imperial ante la dignidad y la valentía que ha mostrado el insumiso pueblo cubano en la soberana decisión de regir su destino y luchar por su felicidad.
Desde Venezuela, creemos que ha llegado la hora de exigirle a los Estados Unidos no solo el fin inmediato y sin condiciones del criminal bloqueo impuesto contra el pueblo cubano, sino la puesta en libertad de los 5 luchadores antiterroristas cubanos secuestrados en las cárceles del Imperio, por el único motivo de buscar impedir las acciones ilegales que grupos terroristas preparan contra Cuba, bajo el cobijo del gobierno de los Estados Unidos.
Para nosotros, es claro que Naciones Unidas no mejora ni va a mejorar desde adentro. Si su Secretario General junto con el Fiscal de la Corte Penal Internacional, participan en un acto de guerra, como en el caso de Libia, no hay nada que esperar del actual formato de esta organización.
“Resulta intolerable que exista un Consejo de Seguridad que le dé la espalda, cada vez que quiere, al clamor mayoritario de las naciones, desconociendo deliberadamente la voluntad de la Asamblea General. Si el Consejo de Seguridad es una suerte de club con miembros privilegiados, ¿qué puede hacer la Asamblea General, cuál es su margen de maniobra, cuando éstos violen el derecho internacional?
“Parafraseando a Bolívar –cuando se refería concretamente al naciente imperialismo yanqui en 1818- basta ya de que las leyes las practique el débil y los abusos los practique el fuerte. No podemos ser los Pueblos del Sur quienes respetemos el derecho internacional, mientras el Norte nos destruye y saquea, violándolo.
Si no asumimos, de una buena vez, el compromiso de refundar Naciones Unidas, esta organización perderá definitivamente la poca credibilidad que le queda. Su crisis de legitimidad se acelerará hasta la implosión final. De hecho, así ocurrió con el organismo que fue su antecedente inmediato: la Liga de Naciones.
“El futuro de un mundo multipolar en paz, reside en nosotros. En la articulación de los pueblos mayoritarios del planeta para defendernos del nuevo colonialismo y alcanzar el equilibrio del universo que neutralice al imperialismo y a la arrogancia.
“Este llamado amplio, generoso, respetuoso, sin exclusiones, se dirige a todos los pueblos del mundo, pero muy especialmente a las potencias emergentes del Sur, que deben asumir con valentía el rol que están llamadas a desempeñar en lo inmediato.
“Desde América Latina y el Caribe han surgido poderosas y dinámicas alianzas regionales, que buscan configurar un espacio regional democrático, respetuoso de las particularidades, y deseoso de poner el acento en la solidaridad y la complementariedad, potenciando lo que nos une y resolviendo políticamente lo que nos divide. Y este nuevo regionalismo admite la diversidad y respeta los ritmos de cada quien. […] la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) avanza como experimento de vanguardia de gobiernos progresistas y antiimperialistas, buscando fórmulas de ruptura con el orden internacional imperante y fortaleciendo la capacidad de los pueblos de hacer frente, colectivamente, a los poderes fácticos. Pero esto no impide que sus miembros den un impulso decidido y entusiasta a la consolidación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), bloque político que federa a los 12 Estados soberanos de Suramérica, con el fin de agruparlas en lo que El Libertador Simón Bolívar llamó una Nación de Repúblicas
. Y más allá, los 33 países de América Latina y el Caribe nos preparamos para dar el paso histórico de fundar una gran entidad regional que nos agrupe a todos, sin exclusiones, donde podamos diseñar juntos las políticas que habrán de garantizar nuestro bienestar, nuestra independencia y nuestra soberanía, con base en la igualdad, la solidaridad y la complementariedad. Caracas, la capital de la República Bolivariana de Venezuela, se enorgullece desde ya en albergar, los próximos 2 y 3 de diciembre, la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que fundará definitivamente nuestra Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).”
Con estas profundas ideas concluye el segundo mensaje del presidente bolivariano Hugo Chávez a la Asamblea General de la ONU.
Según despacho de la AFP fechado hoy en Washington: El mandatario estadounidense, Barack Obama, declaró este miércoles que mientras sea presidente estará dispuesto a cambiar la política con Cuba, siempre y cuando se produzcan virajes políticos y sociales significativos.
¡Qué simpático! ¡Qué inteligente! Tanta bondad no le ha permitido comprender todavía que 50 años de bloqueo y de crímenes contra nuestra Patria no han podido doblegar a nuestro pueblo. Muchas cosas cambiarán en Cuba, pero cambiarán por nuestro esfuerzo y a pesar de Estados Unidos. Tal vez antes se derrumbe ese imperio.
La indoblegable resistencia de los patriotas cubanos la simbolizan nuestros 5 Héroes. ¡Ellos jamás claudicarán! ¡Jamás se rendirán! Como sentenció Martí, y he mencionado otras veces: Antes de cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la Patria se unirá el mar del norte al mar del sur y nacerá una serpiente de un huevo de águila.
Es obvio que la jueza del Distrito Sur de la Florida ha puesto en evidencia la vergüenza supervisada de Obama
.
Septiembre 28 de 2011
7 y 37 p.m.