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Nosotros ya no somos los mismos

Una auténtica puberta // Las ideas ilusas del economista Gabriel Zucman // Germán Larrea seguirá dando de qué hablar // Adiós, Brigitte

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▲ El llamado Rey del Cobre es un hombre digno de Forbes que no le hace el feo ni a las altas finanzas ni al mundo del espectáculo.Foto Germán Canseco
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oy, como casi todos lo saben (mi respeto por las minorías es evidente), es el antepenúltimo día del año 2025. De acuerdo a este titipuchal de semanas, la columneta es apenas neonata, pues sólo tiene poco más de 12 años de vida, es decir, una auténtica puberta, categoría que de alguna manera sirve de explicación y atenuante para solicitar a todos los favorecedores de su atención su benevolencia para todas las fallas e inconsecuencias que en ella encuentre.

Pasemos a compartir algunas trágicas joyas que nos recetó el 2025. La primera de ellas es todavía más viejita: comenzaba a revisar los datos que este año me impactaron a grado de derrame biliar y me topé con un imperdonable olvido del pasado. Recuerdo que cuando hice el recorte de esta información me resultó tan agobiante, que lo metí al cajón destinado para este efecto y quedó sepulto como quisiera que pasara con la realidad que relata, pero eso no sucede ni siquiera el 28, Día de los Inocentes. Nos platicó Dora Villanueva, en aquellas fechas, sobre Gabriel Zucman, economista brasileño, presidente del Grupo de los 20, organismo internacional que ilusamente preconiza la idea de que la miseria mundial desaparecería en el planeta si se gravaran con 2 o 3 por ciento las fortunas de los 3 mil máximos multimillonarios del mundo. No se necesita ser muy avezado para entender que más que un mecanismo económico, se trata de un doctoral sueño guajiro. Zucman, sigue diciendo doña Dora Villanueva, considera que en México existen 20 o 30 mil personas poseedoras de una riqueza acumulada que supera los mil millones de dólares. Por su parte, Oxfam (Oxford Committee for Famine Relief) documentó que en México, 14 millonarios concentraban el 8% de la riqueza nacional, gracias en su mayoría a privatizaciones, concesiones y permisos, lo que significa la transferencia masiva de la riqueza creada por todos a una muy pequeña minoría que se apropia del fruto del trabajo colectivo. Entre éstos se encuentran nombres con los que nos toparemos permanentemente y, para que no se nos olviden, mencionemos de una buena vez a Germán Larrea y Ricardo Salinas Pliego, pues de no hacerlo, corremos el riego de que los mencionados nos demanden por el delito de ignorancia supina, es decir, la que es resultado de negligencia o falta de interés. Del primero adelantemos algunos datos que espero no juzguen de poca relevancia o de macabra celebración del Día (ayer) de los Santos Inocentes.

Germán Larrea Mota-Velasco, apenas iniciando los 70 años de edad, heredó de su padre un próspero negocio que se propuso convertir en un auténtico emporio, y lo ha logrado con creces, al grado de que la revista Forbes calcula su patrimonio en 40 mil millones de dólares. Su principal actividad es la minería, y de manera tan exitosa que se le conoce como el Rey del Cobre. Tampoco les ha hecho el feo a las altas finanzas, ni aun al mundo del espectáculo, como lo demuestra la adquisición de una de las principales cadenas exhibidoras de películas. Es graduado en una universidad mexicana, aunque no nacional ni autónoma: la Anáhuac, de la cual, evidentemente, es el egresado más exitoso. Incursionó también en los medios de comunicación masiva, aunque con resultados poco afortunados. El mes de septiembre de 2014, el diario El País publicó un reportaje titulado: “Televisa expulsa de su consejo de administración al segundo hombre más rico de México”. ¿Recuerdan la épica batalla de King Kong vs Godzilla? La veremos el próximo lunes en la columneta, en su versión Azcárraga vs Larrea, pero antecedida por un inolvidable recuerdo: una semana viendo de cerquita a Brigitte Bardot. Antes de que se me pase: deseo para todos que el 2026 sea mejor que el 25, pero menos que el 27.