Fiscalía General de Coahuila pretende liberar al asesino y a su cómplice, una maestra de secundaria
Domingo 21 de diciembre de 2025, p. 8
Hay vidas marcadas por el infortunio y la adversidad, como la de Brisa Isela Castellanos Márquez que a sus 12 años vivió la violencia familiar, la drogadicción de su padrastro, el abuso sexual y el feminicidio a punto de quedar impune porque la Fiscalía General de Coahuila pretende liberar al responsable y su cómplice.
La historia de Brisa Isela, habitante de Nueva Rosita, Coahuila, en la región carbonífera, pasa por el maltrato infantil y el abandono del estado que ahora pretende fallarle nuevamente. Cursaba el sexto de primaria con excelentes calificaciones a pesar de su situación familiar. Muy pronto, su cuerpo de niña se transformó en atlético, porque el deporte fue su refugio, particularmente el boxeo.
Reportada ante las autoridades como desaparecida en cinco ocasiones durante los últimos meses, Brisa huía con sus amigas de su compleja realidad de miseria, maltrato y abandono de su padrastro Juan de Dios Tavares González.
“Mi hija ya no quería estar en casa porque su papá (padrastro) la golpeaba y la corría. Se iba durante días”, declaró su mamá, Gloria Marisa Castellanos Márquez, ante el agente del Ministerio Público Juan Ramiro García Zamora, adscrito a la Unidad de Investigación y Litigación de la Fiscalía de Personas Desaparecidas de la Región Carbonífera, cuando el 11 de junio la reportó como desaparecida y las autoridades emitieron la Alerta Amber de búsqueda con el oficio FGE-FPD/CAR/111/2025.
Esta vez, Brisa no regresó. Las autoridades buscaron a Marco Antonio Álvarez Grimaldo, obrero de 38 años. “Conozco a la niña, al parecer es mi hija. Su mamá fue mi pareja hace años y mucho tiempo después me dijo que era mi hija y a pesar de no saber si era, iba y la procuraba ya que se ganó mi corazón y de vez en cuando iba a la escuela y le daba dinero y le llevaba de comer. Tenía comunicación vía celular con ella; en ocasiones me hablaba y me decía que no había comido, iba y le arrimaba un taco”, declaró a los agentes de investigación, según consta en la carpeta judicial a la que ha tenido acceso La Jornada.
El Tornado
Cinco días después de su desaparición, su amiga Dinaly Elizabeth Delgado García de 12 años, compareció ante la fiscalía de Sabinas Hidalgo acompañada de su mamá: “Conozco a Brisa Isela desde que estábamos chiquitas como desde los 6 o 7 años... ella vive con su mamá y con un señor que no sé si es su papá, ese señor la maltrata, le pega y la corre de la casa y su mamá se pone del lado del señor… me dijo que ya no quiere estar en su casa porque la maltrata mucho. Brisa practica box con su entrenador Petronilo Raúl Zavala Gutiérrez (58 años) que le mandaba mensajes de “mi amor, mi vida y cosas así”.
Dianaly Elizabeth contó que días antes, la policía las detuvo a ella y a Brisa Isela por “andar en la calle” como a las 10 de la noche y las mantuvo en la cárcel municipal jueves, viernes y sábado. Los policías en lugar de llamar a sus padres por ser menores de edad, las mantuvieron en las celdas, junto con otros presos. Ahí conocieron a Luis Ángel Gutiérrez Cortés, El Tornado, de 28 años, antes policía ministerial en la Procuraduría de Justicia de Coahuila.
Cuenta que por el tío de un amigo que fue a la casa de El Tornado se enteraron que vieron el cadáver de Brisa Isela en el baño con un cable en el cuello: “Vi al Tornado que estaba hincado en el suelo por el lado de la regadera y en un lado estaba tirada en el piso una muchachita bocarriba y vi que tenía un cable como de extensión eléctrica de color blanco sobre el pecho, el cual lo vi como enrollado en sí misma y a esta muchacha la reconocí y me di cuenta que era Brisa, hija de Marisa e hijastra de Tabares, declaró el albañil Héctor Javier López Campos de 43 años, quien dice acudió casualmente a la casa del feminicida el 9 de junio por una bomba de aire y le platicó que se había “cogido a una morrita en su casa”.
Tía ayudó a tirar el cuerpo
Luis Ángel El Tornado vivía con su tía, María Elisa Padilla Cortés, maestra de la secundaria técnica 51 de Nueva Rosita. Fue ella quien finalmente le ayudó a “tirar” el cuerpo de Brenda Isela a un terreno baldío donde fue encontrado 10 días después de su desaparición.
En su declaración, la maestra reconoce que ella y su sobrino fueron a tirar “algo”, incluso dijo que pensó que era un “perro”. Y en su declaración, explica cómo tiraron a la niña quien pesaba 55 kilos: “Entrando a un tramo corto, donde ni siquiera había camino, sólo había hierba y ahí se detuvo, se bajó del carro (El Tornado) abrió la cajuela, bajó algo del cual se sintió que era pesado porque el carro se levantó ligeramente y ahí lo dejó, cerró la cajuela, subió al carro y nos fuimos de regreso a la casa”.
Cuando los ministeriales revisaron la casa y el coche de la maestra, todo olía a limpio, cloro y aromatizante. La primera declaración de Padilla Cortés fue decir que ella no sabía nada y que andaba de viaje cuando sucedieron los hechos. Luego, en la siguiente comparecencia, ante las evidencias y testimonios, reconoció su participación.
“Cuando estábamos debatiendo la medida cautelar con su vinculación a proceso, sus abogados y la fiscalía intentaron dejar libre a la maestra a pesar de que se trata de prisión preventiva oficiosa. No es creíble que diga que no sabía que estaban “tirando” un cuerpo, ella misma dice que se sintió cuando bajó esa bolsa. Es ilógico. El cuerpo ya olía y por eso antes de que se hicieran las periciales limpiaron la casa y el carro, en todas partes olía mucho a aromatizante”, dice la abogada Brenda Yanet Meza Pérez que hasta el viernes pasado defendía los intereses de la mamá de la niña asesinada.
Estrategia legaloide
En lugar de dejar el caso en Nueva Rosita, la fiscalía lo trasladó a Saltillo donde el fiscal Édgar Vicente Cárdenas Carrillo, director general de las unidades de investigación, empezó a abogar por la liberación de la maestra, quien permanece en prisión preventiva oficiosa. “Es que ella es inocente, su sobrino se la llevó entre las patas”, le dijo a la abogada Meza Pérez, quien le respondió: “Eso es mentira, la maestra es cómplice del imputado, le ayudó a tirar el cuerpo de la niña”.
Las intenciones de la fiscalía quedaron al descubierto el pasado 27 de septiembre cuando, a cambio de 200 mil pesos, el Ministerio Público Juan Ramiro García Zamora logró un acuerdo para que la mamá de la niña aceptara que la maestra “ayudó a que se esclarecieran los hechos”, por lo que “no tengo inconveniente en que la misma obtenga por el momento su libertad por un cambio de medida cautelar”, señala en el “acuerdo” judicial con la abogada de la maestra, Judith Alejandra Rivero González.
El pasado jueves, la parcialidad de la fiscalía, a cargo de Federico Fernández Montañez, fue más allá, cuando el Ministerio Público García Zamora se llevó a la mamá de Brisa a una audiencia a Saltillo y anunció de manera cínica que revocaba a su abogada Meza Pérez, porque la denunciante pasaba a tener un “abogado de oficio” y así liberar a la maestra cómplice.
“El MP escondió a mi cliente. Lo denuncié ante el juez Luis Alejandro Castillo Santana y les dije que si querían ser defensores, que renunciaran como Ministerios Públicos. Y se reían. Hay mucha parcialidad, por eso le pedí cita al fiscal, pero no me la ha otorgado”,
Añade: “Si nadie hace nada, van a liberar a la maestra, incluso pueden hasta sobreseer su delito. Y después, el siguiente paso es ayudar al feminicida. Según esto, quieren beneficiarla porque dicen que va ayudar como testigo al caso. Lo que se negoció no fue que ella saliera, sino que hubiera una salida alterna, pero lo que quieren es su libertad y el sobreseimiento. Yo no estoy de acuerdo. Se siente la presión de la fiscalía en mi contra, por eso convencieron a la señora para que me revocara”.
Dice que obviamente, la fiscalía manipuló a la mamá de la víctima: “lo hizo enseñándole dinero. Y eso no se vale. Ellos van a alegar que al fin de cuentas la señora aceptó. Pero lo que quiero es que el gobernador Manolo Jiménez Salinas (PRI) sepa lo que está pasando. Tengo el temor de que me pase algo por denunciar, de que me abran una carpeta de investigación sólo por denunciarlo. Por pedir justicia para la niña Brisa Isela voy a tener una represalia. Era una niña que no tuvo quién la defendiera”.
Responsable confeso
A pesar de las irregularidades en el caso cometidas por la fiscalía de Coahuila, Katy Salinas, fiscal de las mujeres y la niñez, ha optado por el silencio.
El proceso con la causa penal 386/2025 y la carpeta 011/2025-AA-25173 se encuentra en la etapa intermedia y después de la posible liberación de la maestra cómplice, Luis Ángel Gutiérrez Cortés, El Tornado que, permanece en el penal de Piedras Negras, puede apegarse a un proceso abreviado para que le reduzcan un tercio su condena.
En su declaración, el imputado con frialdad, contó que el pasado 9 de junio, le compró a la niña con “cuerpo atlético”, unas “chucherías en el Oxxo” y se la llevó a su casa donde le puso una película de Netflix, mientras él se drogaba con “cristal y mariguana”. Luego reconoce que la estranguló, según dijo, porque la confundió con su ex pareja.
La niña Brisa Isela había sido violada el pasado 30 de enero. Su madre denunció a Christopher James Vargas de 49 años como responsable, quien permanece en prisión: “Desperté desnuda, sin ropa, me duele mucho mi parte, Cris me dio una bebida en su departamento, me llevó porque dijo que sólo íbamos a ver un conejo”, declaró la niña.
La abogada Brenda Yanet Meza Pérez lamenta la forma en la que Brisa Isela vivió: “Le tocó una vida injusta. Realmente nadie la cuidó. Ni su familia, ni las autoridades.Y ahora permiten que después de muerta sigan abusando de ella. El estado le falló y le sigue fallando”.












