Guadalajara, Jal., Días de tensión y miedo viven comuneros tepehuanes y wixaritari en San Lorenzo Azqueltan, luego de que policías del municipio de Villa Guerrero y unos 14 agentes investigadores de la Fiscalía estatal acudieron al pueblo para “notificar” a los testigos del homicidio de su líder agrario Marcos Aguilar, y solicitarles que se presenten a declarar en la audiencia contra Manuel N, uno de los presuntos autores materiales del crimen.

Acusaron a los uniformados de están coludidos con un grupo caciquil que desde hace años, de forma impune y con el uso de guardias blancas, han invadido, despojado, amenazado, desaparecido, golpeado y ahora asesinado a pobladores para despojarlos de su territorio ancestral, que se encuentra en litigio en tribunales agrarios.

El 26 de noviembre pasado, hombres armados asesinaron a Marcos Aguilar y dejaron lesionado por golpes y disparos a su hermano Gabriel, en el predio El Caracol.

Días antes, con apoyo de policías municipales y de la fiscalía, un grupo se apoderó del terreno en disputa, argumentado que era de su propiedad.

El fiscal estatal, Salvador González de los Santos, pese al homicidio, dijo que se trataba de “una disputa entre particulares”.

En esa ocasión también resultó herido Manuel N, uno de los agresores, quien se encuentra hospitalizado en calidad de detenido. Su abogado logró ampliar el plazo constitucional hasta hoy 21 de diciembre, cuando se realizará la diligencia penal en los juzgados orales de Colotlán para determinar si es o no vinculado a proceso.

Los comuneros denuncian que la presión policial continúa en San Lorenzo, en lugar de buscar a Esteban N, José N, Víctor N y Abraham N, quienes también participaron en la agresión contra los indígenas y están libres.

Aseguraron que algunos de ellos se han reunido con Juan Aguilar, a quien señalan como uno de los principales caciques de la región y en cuya casa se reunieron los pistoleros para planear el asesinato de Marcos.

Exigieron la intervención de las autoridades estatales y federales para contener el clima de tensión que viven, y les brinden seguridad porque continúan las amenazas de invasores quienes han afirmado que si ya mataron a uno, van por el resto.