La FIFA comenzó a moderar el escándalo por los precios de los boletos para el Mundial 2026, ya que ahora 10 por ciento de todas las asignaciones para las selecciones clasificadas incluirán entradas con un precio fijo de apenas 60 dólares (mil 77 pesos) para cada partido. El anuncio se hizo sin ninguna consulta previa con los grupos de aficionados, que no sabían que esto ocurriría.

Inglaterra, por ejemplo, cuenta con 610 aficionados con top caps –seguidores que han alcanzado un determinado número de asistencias y por ello tienen trato preferente–, pero es poco probable que esa cantidad quede totalmente cubierta por el “nuevo nivel de acceso para aficionados” en un solo partido. Esto podría significar que un hincha pague 480 dólares si Inglaterra llega hasta la final, mientras que otro –con el mismo número de asistencias– termine pagando alrededor de 7 mil. Además, más de 98 por ciento de los boletos del torneo permanecen sin cambios en su precio.

“Tras una presión significativa por parte de los aficionados, la FIFA cedió parcialmente en su estructura de precios de boletos. Esto demuestra que la política de entradas no es inamovible, se decidió apresuradamente y sin una consulta adecuada, ni siquiera con las propias asociaciones miembro. Si bien celebramos el aparente reconocimiento por parte del organismo del daño que sus planes originales pretendían causar, las revisiones no son suficientes para reconciliar las cosas. Según las asignaciones disponibles públicamente, esto significaría que, en el mejor de los casos, unos pocos cientos de aficionados por partido y equipo tendrían la suerte de aprovechar los precios de 60 dólares, mientras que la gran mayoría aún tendría que pagar costos exorbitantes, mucho más altos que en cualquier tor-neo anterior”, declaró la asociación Aficionados al Futbol en Europa (FSE, por sus siglas en inglés) en un comunicado.

Este giro se produce tras reuniones celebradas con altos funcionarios en Doha, donde se discutieron las primeras reacciones al respecto. Un integrante de la FIFA cercano a las conversaciones insistió en que “se escucharon los comentarios” y afirmó que “ninguna organización hace más por apoyar el desarrollo del futbol en todo el mundo que la FIFA. Las 211 asociaciones, incluidos los países más pobres, se beneficiarán de un Mundial comercialmente exitoso”.

Otras fuentes señalaron que el organismo rector del futbol simplemente está pagando un “jue-go de relaciones públicas” y asumiendo una pérdida de ingresos insignificante, que podría recuperarse con anuncios durante las pausas de hidratación. Esto último fue subrayado por Free Lions, el servicio de embajada de aficionados de la FSE, para los seguidores ingleses que viajan.

“La FIFA tiene un historial de anunciar precios llamativos que, en la práctica, no están disponibles para la gran mayoría de los aficionados”, afirmó Free Lions. “Esto parece ser una nueva versión de esa estrategia, con la intención de aliviar la presión sobre el organismo sin resolver el problema para la mayoría de los fanáticos. Es un paso en la dirección correcta, porque demuestra que se pueden hacer cambios positivos, pero aun así deja a 90 por ciento de los aficionados leales y más comprometidos pagando precios exorbitantes”.

El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, reiteró la necesidad de tomar más medidas para que los boletos sean más accesibles.

“Celebro el anuncio de la FIFA sobre algunos boletos para aficionados a menor precio. Pero como alguien que solía ahorrar para poder comprar entradas de Inglaterra, insto al organismo a hacer más para que sean verdaderamente accesibles, de modo que el Mundial no pierda contacto con los fanáticos genuinos que hacen del futbol algo tan especial.”

Ya existen planes de grupos de fans para exigir más, bajo la creencia de que la proporción de boletos de 60 dólares debería elevarse hasta 50 por ciento y que estos salgan de la categoría más cara, la 1, y no de la 2 o 3.

Por lo menos , el anuncio muestra una apertura a que la FIFA dé marcha atrás tras casi una semana de duras críticas por los precios. Se entiende que la Asociación Inglesa de Futbol estaba dispues-ta a “transmitir las preocupaciones” al organismo, pero hasta ahora no ha emitido ninguna declaración pública.