Un desastre, el Congreso local // Otro tinglado panista // Boicotear el presupuesto, propósito
enía que suceder y el tiempo se cumplió. El desastre político que se ha dado en el Congreso de la ciudad reventó entre gritos y desgreñaderos; lo soñado para que los azules afirmen que son iguales a los morados.
La trampa se tendió sin mucho cuidado, con el desaseo normal de los panistas y con la colaboración del muy deficiente quehacer político de la líder morenista en el Congreso, Xóchitl Bravo, y la inoperancia del verde, Jesús Sesma, un azul deslavado.
Se sabía que los panistas habían logrado que en comisiones se cambiara la propuesta del gobierno que pretendía reducir de tres a uno el número de comisionados al organismo que garantice el acceso a la información pública y la protección a los datos personales, con el fin de ponerlo de acuerdo con lo que establecido a nivel federal, y se sabía que no se estaba de acuerdo con Morena y que lo modificaría en la discusión en el pleno, con el apoyo de la mayoría.
Así que se preparó el escenario, que en el fondo contenía lo no dicho, lo que no aceptaban los azules dispuestos a reventar la sesión: el presupuesto para el año que viene, en cuyo código financiero se castigará a quienes no paguen impuestos, cosa contra la que los panistas están en total desacuerdo.
Los azules luchan por impedir, por ejemplo, que los impuestos sean devueltos a la población más necesitada vía programas sociales; prefieren que los más acaudalados sigan sumando ceros a las cuentas de banco, que auxiliar a quienes apenas tienen para subsistir.
Ese es el punto: buscar que los programas sociales no funcionen, porque para ellos, los azules, eso, las ayudas, no son parte de la vocación de gobierno de la 4T, sino una forma de conseguir votos y nada más. En la idea panista los programas sociales atentan contra el capital, aunque sea mal habido.
Entonces, eso de la intención imposible de los azules de meter mano al órgano de transparencia era un buen motivo para evitar que la ciudad tuviera presupuesto para 2026; ayer era el último día para lograrlo, y aunque no se paralizaría la ciudad porque entraría en automático el que se aprobó en 2025, sí habría algunas complicaciones financieras.
Aunque el intento fue escandaloso, también fue infructuoso y terminó en un nuevo fracaso de la oposición partidista que ha crecido más por los errores de la dirección política de Morena en el Congreso que por sus aciertos políticos.
De todas formas, como que ya es hora de hacer una revisión profunda e importante sobre el trabajo político en el Congreso de la ciudad para que no se presenten escenas bochornosas como la de ayer y se consiga una buena coordinación partidista. Sí hay con quien.
De pasadita
Si algo hay reclamable a la parte legislativa en el gobierno federal actual es la complicidad, o algo peor, entre Ricardo Monreal y Pedro Haces.
El dueño de la empresa llamada Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, que también cobra como miembro del Poder Legislativo, ha crecido, también, a la sombra de Morena, que no ha sabido ponerle freno a las ambiciones y compromisos del dueño de la empresa.
Este domingo, por ejemplo, Pedro Haces fue la figura indeseable para la afición, pero redituable para algunos, en un partido de beisbol en Mazatlán, Sinaloa, donde estuvo acompañado, entre otros, por uno de los hijos de Marta Sahagún.
Y volvemos a las complicidades: Manuel Bribiesca, hijo de la señora Marta, es el delegado de la Catem en Guanajuato, donde reinan Fox y su familia. ¿Será que Bribiesca ya se volvió moreno?, o ¿será otro negocio del “líder”? Ya veremos.











