Entre 30 y 35 por ciento de las exportaciones de México se verían afectadas por paros y bloqueos de campesinos en caso de que México acepte las demandas de Estados Unidos en el envío de agua, advirtió José Enrique Macías, analista de S&P Global Market Intelligence.

“Pensamos que la zona de mayor riesgo sería la frontera de Chihuahua y Coahuila; de acuerdo con nuestra data, alrededor de 30 o 35 por ciento de las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos cruzan por los puertos fronterizos de esos estados”. En entrevista, aclaró que no se perderán 30 o 35 por ciento de las transacciones, sino que sólo enfrentarán retrasos.

“No sería una disrupción masiva de la cadena de suministros; a final de cuentas, estos bloqueos suelen durar algunas horas. Sería cuestión de retrasos de varias horas en los cruces fronterizos y eso puede generar un efecto económico.”

Expuso que hay grupos de campesinos molestos con la recién aprobada Ley General de Aguas. “Entonces, a partir de estos precedentes, si partimos del supuesto que México acepta las demandas de Estados Unidos y empieza a enviar y sumamos la situación actual de sequía en la zona de Chihuahua y de Coahuila, el riesgo que vemos nosotros es que se reactiven algunas protestas por parte de campesinos y bloqueos de carreteras.

“Estamos hablando de Chihuahua, de Coahuila, bloqueos en puntos fronterizos y que eso pudiera significar cierres temporales de algunos cruces, retrasos por filas muy largas.”

Este diario publicó el pasado viernes que México y Estados Unidos alcanzaron un entendimiento sobre la gestión del agua en la cuenca del río Bravo mediante el cual el gobierno mexicano se comprometió a liberar 249.163 millones de metros cúbicos para Estados Unidos a partir de la semana del 15 de diciembre.

Esta cantidad es ligeramente superior a 246 millones de metros cúbicos, cuya entrega inmediata exigió el presidente Donald Trump la semana pasada, aunque se mantiene por debajo de los más de 986 millones de metros cúbicos que, según el mandatario, México adeuda en total bajo el tratado bilateral de aguas de 1944.

“Nuestro análisis se centra en los riesgos para la infraestructura y la cadena de suministros derivados de un contexto complejo que incluye sequías y la necesidad de equilibrar compromisos internacionales con la demanda local de agua”, comentó el especialista de S&P.