Pendiente, el reparto de territorios
Moscú y Washington, ni más lejos ni más cerca de un acuerdo: asesor ruso
Miércoles 3 de diciembre de 2025, p. 28
Moscú. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, recibió este martes a los emisarios de la Casa Blanca: Steve Witkoff, encargado de negociar con el Kremlin, y Jared Kushner, yerno y asesor del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para analizar la propuesta resultante después de que Estados Unidos y Ucrania negociaron, por separado en Ginebra y Florida, enmiendas al borrador del plan de paz hecho por el mandatario estadunidense, que inicialmente constaba de 28 puntos y que, según trascendidos de la prensa, se basó en muchas de las demandas rusas.
El Kremlin difundió un escueto comunicado de cinco líneas para informar que había comenzado la reunión entre “el presidente Vladimir Putin y el enviado especial Steve Witkoff”. Mencionó también a los asistentes por la parte rusa: Yuri Ushakov, asesor de política exterior y seguridad del Kremlin, y Kiril Dmitriev, consejero en inversiones extranjeras y cooperación económica, mientras por el lado estadunidense acudió Kushner, presentado como “empresario, inversionista y fundador de la compañía Affinity Partners”.
El encuentro, que duró casi cinco horas, transcurrió a puerta cerrada y los participantes declinaron hacer declaraciones a la prensa. Pasada la una y media de la noche de este miércoles, Ushakov calificó de “útiles y productivas” las conversaciones y precisó que Rusia y Estados Unidos “no están ni más lejos ni más cerca de un arreglo político”.
Agregó que ahora la delegación estadunidense viajará a Washington para informar al presidente Trump y luego remitirán a Moscú sus observaciones. De acuerdo con Ushakov, difundieron los medios de comunicación rusos, no hubo ningún progreso en la cuestión de los territorios, “algunas sugerencias estadunidenses nos parecen adecuadas; otras, no”, señaló.
Prevén cita con Zelensky
Al término de las conversaciones, Witkoff y Kushner, informó la agencia RIA Novosti, se dirigieron a la embajada de Estados Unidos en Moscú y, al parecer, mañana volarán a alguna ciudad europea, donde –camino a Washington– podrían reunirse con Volodymir Zelensky, presidente de Ucrania, quien esta noche anticipó que “espera señales” de los estadunidenses sobre su visita a Moscú.
Sobre lo que trascendió la víspera en Florida, respecto a la falta de avances entre Washington y Kiev en temas claves como la cuestión territorial y las garantías de seguridad que reclama Ucrania, muchos analistas –basados en lo dicho de modo reiterado por Putin y otros funcionarios rusos– ven probable que el jefe del Kremlin haya insistido, ante Witkoff y Kushner, en reconocer como única plataforma válida para negociar el proyecto inicial de Trump de 28 puntos, con las modificaciones que sugiere Moscú.
Terreno bélico
Previo a recibir a Witkoff y Kushner, Putin volvió a enfundarse el uniforme verde olivo de comandante en jefe del ejército ruso para visitar el centro de mando unificado de la llamada operación militar especial el 30 de noviembre, según informó el Kremlin sobre las 22:30 horas de anoche (lunes), cuando estaba a punto de despegar el avión que traería a Moscú a los emisarios estadunidenses.
La repentina aparición de Putin, rodeado de sus generales, buscó un doble propósito, en opinión de politólogos que siguen los movimientos del titular del Kremlin. Por un lado, remarcar que Rusia –a pesar de estar de palabra interesada en alcanzar una solución negociada– tiene que preparar a su ejército para enfrentar con todo lo necesario la campaña de invierno en el frente ucranio y, por el otro, anunciar el enésimo éxito militar –la toma de Pokrovsk y Kupiansk, que reportó de nuevo el general Valeri Guerasimov, jefe del estado mayor, y que las autoridades de Kiev volvieron a negar– acorde con la tesis de Putin de que si Zelensky no acepta las exigencias rusas, tarde o temprano, conseguirá sus metas por la vía militar.
Desde mucho antes de la cumbre de Putin y Trump en Alaska, Moscú exige que para negociar un arreglo político, Kiev deponga las armas y entregue 30 por ciento de Donietsk que no ha podido conquistar, dejando sin aclarar que pasaría con el resto de Jerson y Zaporiyia que también reclama como propios.
Postura de Kiev
El domingo anterior, en Florida, Rustem Umerov, jefe de los negociadores ucranios, explicó al secretario de Estado estadunidense, Marco Rubio, que estaba acompañado de Witkoff y Kushner, que Ucrania no puede ceder el resto de Donietsk como quiere el Kremlin por tres razones: no lo permite la Constitución del país; la población lo reprobaría y la situación en los campos de batalla no es catastrófica para Kiev.
El presidente de Ucrania opinó que Rusia no logró el objetivo de la campaña que inició en marzo pasado, que era ocupar toda la región de Donietsk, y tras meses de asaltos consiguió ciertamente acercarse a Pokrovsk, Kupiansk, Volchansk y otras localidades.
La situación ahí, reconocen expertos ucranios, es cada vez más adversa para las tropas ucranias por la inferioridad en número de efectivos, pero hasta ahora –sostienen– en ninguno de esos sitios Rusia se ha hecho con el control completo y, como sucedió con Avdiivka o Bakhmut, serán ocupados cuando se replieguen los soldados de Kiev que aún los defienden.
Putin, en cambio, está convencido de que Pokrovsk y Kupiansk, como reportó el 30 de noviembre el general Guerasimov, ya “fueron liberados por completo”, al grado de que retó a los periodistas extranjeros a recorrer las calles de esas localidades para “ver quién controla ahí la situación” y ofreció “llevarlos y garantizar su seguridad, si fuera necesario”.
El presidente ruso hizo estas declaraciones antes de recibir a Witkoff y Kushner, cuando lo abordaron los reporteros después de su participación en un foro económico, ocasión que aprovechó para desmentir que Rusia tenga intención de atacar a Europa y advertir que, si ésta “de repente quiere combatir y lo hace, estamos listos ahora mismo, que nadie lo dude, (…) pero pronto puede darse una situación en que ya no habrá con quien negociar el fin de hostilidades”, en alusión que recurrirá a su arsenal nuclear.
Advertencia a Europa
Putin arremetió contra Europa al decir que presenta “exigencias que son absolutamente inadmisibles para Rusia. Ellos (Francia, Alemania y Gran Bretaña; el Kremlin considera que son los países que más respaldan a Ucrania) lo entienden y así culpan a Moscú de rechazar ese proceso de paz. Ese es su objetivo, lo vemos con claridad”.
De acuerdo con Putin, “ellos mismos, al suspender toda comunicación con Rusia, se automarginaron del proceso de paz y, al mismo tiempo, ponen trabas al presidente Trump. No tienen agenda de paz. Están a favor de la guerra”.
El presidente ruso también condenó los ataques de Ucrania contra buques mercantes en “la zona económica de un tercer país (en referencia a Turquía) en el mar Negro, que Kiev reivindicó por ser lo que llamó “petroleros de la flota fantasma rusa”.
Putin amenazó con tomar “medidas de respuesta” contra “instalaciones portuarias y barcos de países de Occidente que atracan ahí” y ayudan a los ucranios a “cometer esos actos de piratería”, aparte de bloquear el acceso de Kiev al mar Negro.












