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La rapiña
E

specialmente a partir de 2023, la economía mundial comenzó a mostrar signos de debilitamiento. “Las distorsiones relacionadas con el comercio… y las fluctuaciones en las previsiones de crecimiento debido a las fuertes oscilaciones en las políticas comerciales [los tarifazos impulsivos de Trump]”, dice el FMI en su Perspectivas de la economía mundial de octubre pasado, muestran que “las perspectivas para la economía mundial siguen apuntando a un panorama sombrío, tanto a corto como a largo plazo”. Si las expectativas desaforadas sobre la Inteligencia Artificial no se cumplen, la economía capitalista internacional continuará su tendencia a la caída, como resultado del estancamiento de décadas en los índices de la productividad laboral.

Es muy notorio que los críticos de la política económica de la 4T reprueban el curso de la economía mexicana, dejando de lado que los centros de la economía mundial son condicionantes, cuando no determinantes, de la marcha de la periferia. Los críticos dicen que “sin crecimiento no puede haber empleo”, y a veces dicen lo contrario: “sin empleo no hay crecimiento”. No obstante, no hay entre esas variables una relación de causalidad básica. Tanto el crecimiento del empleo como el del PIB resultan de los procesos de inversión.

En 2024, el gasto público en México creció notoriamente por encima de la tendencia sexenal, debido a la decisión de aproximar al máximo el fin de los grandes proyectos de inversión del gobierno de AMLO: el Tren Maya, la refinería Dos Bocas, y muchos más. En 2025, fue operada una corrección en el gasto, atendiendo especialmente a la espada de Damocles de las calificadoras. Para 2026, el Plan México de la presidenta Sheinbaum iniciará la creación de los polos de desarrollo previstos; la inversión pública crecerá notoriamente, impulsando la inversión privada, el crecimiento industrial, un nuevo crecimiento sustantivo en el reglón de las obras públicas (nuevas carreteras, puertos, expansión del transporte por ferrocarril) y la economía digital.

Pero tendremos siempre encima a la economía mundial, especialmente a la economía gringa. No hay duda de que del exterior recibimos parte de los impulsos del dinamismo interno, pero también somos literalmente saqueados por el exterior. Sólo hay que tener presente la sangría permanente que sufrimos a manos de la banca extranjera, ampliamente mayoritaria en nuestro país: BBVA, Banamex (Citibank), Santander, HSBC y Scotiabank. Estas empresas absorben enormes recursos que van a dar a España, a Estados Unidos y a Canadá. El Fobaproa es un canal de esa rapiña.

Güney Işıkara y Patrick Mokre, discípulos de Anwar Shaikh, con su Marx’s Theory of Value at the Frontiers. Classical Political Economics, Imperialism and Ecological Breakdown han hecho una formidable contribución, aportando un cálculo sobre la inmensa transferencia de valor desde las economías periféricas a las del núcleo dominante, en el espacio industrial. Ocurre mediante la conformación de los precios de producción. Los economistas enterados de la economía de Marx saben que mediante la competencia entre capitalistas se constituyen esos precios, con su tendencia a la igualación de las tasas de ganancia.

Las empresas con alta composición orgánica del capital (alta tecnología), salen ganando. Esto ocurre tanto dentro como fuera de las fronteras de todos. Según el cálculo de Işıkara y Mokre en su vasta investigación: “Las transferencias internacionales de valor son sustanciales, correspondiendo al 5.5 por ciento de la producción mundial anual en las industrias manufactureras durante el periodo 2010-2020, con una cifra acumulada por la asombrosa cantidad de 70 billones [en español] de dólares”. De acuerdo con ese cálculo, México, Indonesia, Rusia, Corea del Sur y Brasil son los mayores donantes netos de valor (véase también Michael Roberts, “Catching Up or Falling Behind?”, noviembre de 2025). Industria y banca son espacios de la rapiña. ¡Cuánto han de trabajar los asalariados mexicanos para dar grandes ganancias a los capitalistas que operan en territorio mexicano y a los del exterior!

En el tiempo presente y en el futuro previsible, en el marco capitalista actual nada puede hacer México para cambiar los fundamentos sobre el que opera el proceso productivo mexicano: los centros del capitalismo global continuarán en la rapiña de toda la periferia, en un proceso que lejos de menguar, empeora sin cesar, como lo ilustran los datos de la creciente concentración de la riqueza mundial en unos cuantos individuos.

Pero tener en manos de la 4T las riendas del poder político permite alterar en alguna medida el proceso distributivo. Debido a esa realidad, 13.4 millones salieron de la pobreza, de los cuales 1.7 milllones dejaron la pobreza extrema. Quedan en la pobreza 38.5 millones, y en la pobreza extrema, 7 millones, en un país que es el tercero por el número de jets privados. Es responsabilidad de la 4T transferir el poder político siempre a sus mejores mujeres y hombres para continuar esa tarea. Los mexicanos lo harán valer con sus votos.