Lunes 1º de diciembre de 2025, p. 26
Madrid. El centro de Madrid se convirtió ayer en el escenario para que más de 40 mil personas, según la delegación del gobierno central en la capital española, y 80 mil para el derechista Partido Popular (PP), expresaran su repudio al cúmulo de presuntos casos de corrupción que han surgido en el entorno del Ejecutivo, presidido por el socialista Pedro Sánchez.
En la concentración, convocada por el PP, los manifestantes exigieron la convocatoria de elecciones generales anticipadas ante el colapso de esta legislatura, al destacar la falta de presupuestos en tres años, la condena del fiscal general del Estado por el delito de revelación de secretos y la falta de apoyos del actual gobierno en el Parlamento para sacar adelante sus iniciativas, sobre todo a raíz de la retirada del apoyo de los nacionalistas catalanes de Junts per Catalunya (JxCat), quienes alegan que se han incumplido de forma sistemática los acuerdos para apoyar la investidura en 2023.
El templo de Debod, un monumento egipcio regalado a la capital española en 1968 por Egipto, fue el marco de la primera gran concentración del derechista PP en este nuevo ciclo político en España. Las elecciones generales más recientes, en julio de 2023, dieron la victoria al PP, pero fue incapaz de sumar acuerdos con el fin de alcanzar una mayoría parlamentaria suficiente para lograr la investidura, lo que sí hizo Pedro Sánchez, que logró su primera relección en un cargo en el que ya lleva siete años. Fue gracias a un pacto de varios partidos, de cariz ideológica e intereses diversos; estaban desde la coalición de izquierdas Sumar –que forma parte del Ejecutivo– hasta los independentistas catalanes, vascos y gallegos de izquierda y los nacionalistas vascos y catalanes de derecha. Gracias a esa alianza se logró la investidura, pero ese pacto no sirvió para aprobar los presupuestos en los pasados tres años y apenas se han sancionado nuevas leyes o reformas legislativas por falta de votos en el Congreso.
Lo más grave para el Ejecutivo de Sánchez es la proliferación de presuntos casos de corrupción a su alrededor; sus ex secretarios de Organización en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) Santos Cerdán y José Luis Ábalos son procesados por corrupción y tráfico de influencias; el primero está en libertad condicional con cargos después de haber estado más de 120 días en la cárcel y el segundo se encuentra preso desde la semana pasada, después de que la Fiscalía Anticorrupción pidió una pena de 24 años en su contra.
En este contexto, el PP convocó a sus militantes y simpatizantes, que acudieron en masa a una concentración de decenas de miles de personas, que portaban banderas españolas y carteles en los que calificaron al gobierno de “mafia”, “corruptos” y “delincuentes”.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, exigió ante sus seguidores: “ni un día más de abuso, mentiras, impunidad, corrupción. Ni un día más de este gobierno. Porque ellos han perdido la vergüenza, pero España no ha perdido la dignidad. Y por eso estamos aquí. El sanchismo es corrupción. Es corrupción política, económica, institucional, social y moral. El sanchismo está en la cárcel y tiene que salir del gobierno”.












